El episodio de pedrisco ocurrió el pasado sábado, 13 de mayo, y afectó especialmente a zonas del oeste del término municipal de Elche, como Matola y La Hoya, coincidiendo con la época de floración del granado.
Esta circunstancia repercutirá previsiblemente en la calidad y calibre, ha explicado el presidente de Asaja Elche, Pedro Valero, quien ha indicado que la nube de granizo que pasó por el Baix Vinalopó también perjudicó cultivos de cítricos, y no tanto de hortalizas porque acaba de terminar la temporada.
Valero ha comentado que los daños se suman a los «problemas de todo tipo» que padece el sector agrícola del sur de la Comunitat Valenciana, tanto por la intensa sequía como por las restricciones del trasvase Tajo-Segura, y ha advertido de que la falta de agua provoca mucha incertidumbre porque la campaña de la granada obliga a seguir regando hasta septiembre u octubre.
Por su parte, el agricultor Matías Sansano ha explicado a EfeTV que el granizo del sábado «afectó bastante a los granados, que están en floración» y aunque ha agregado que es pronto para conocer el alcance exacto de las pérdidas, está convencido de que «habrá una reducción considerable de la cosecha».
«Aún deben pasar unos días para ver el daño hecho en unos árboles en floración y donde el granizo ha tirado bastante hoja y flor», ha relatado Sansano, para quien «está claro que donde ha tocado la piedra, no vale y habrá una merma de kilos».
Se ha lamentado de que este episodio de piedra se haya producido 48 horas antes de que comenzara legalmente la cobertura de los seguros, que ha arrancado el 15 de mayo, y ha confiado en que se pueda solventar esta situación.
Según este agricultor, la hoja y flor que «no se ha caído, sí se ha quedado marcada» y eso provocará una cosecha con una granada de menor tamaño y, por lo tanto, un valor comercial reducido.
«Con la disminución del trasvase desde el Tajo nos estamos ahogando sin agua», ha proseguido en torno a una situación «lamentable» porque los agricultores «no tienen seguridad de poder acabar sacando la cosecha (en referencia a que no tienen garantizados los riegos, que son a manta), o que salga con un calibre suficiente».
«Por eso cada vez queda menos gente joven en el campo para trabajar», ha incidido Sansano, quien ha continuado que «los jóvenes que pueden se van y no quieren saber nada de la tierra».