Con la crisis sanitaria, todo está cambiando. ¿Cómo está afectando esta crisis al sector del etiquetado?
Con la declaración del estado de alarma, en Etygraf vivimos niveles de producción de récord histórico al estar tan ligados al consumo. Un incremento en nuestra producción condicionado por la seguridad e higiene, en especial del sector de la alimentación, donde el etiquetado cobra especial importancia para marcar la trazabilidad y transparencia en la información del alimento. En la actualidad, no estamos viviendo nuestro mejor escenario, pues las empresas cubrieron sus stocks y ahora experimentamos momentos de incertidumbre, de toma de decisiones y de replanificar la previsión del año, debido a la crisis económica ligada a la pandemia y la bajada de consumo general. También notamos el descenso del turismo, pues nuestros clientes vinícolas, destilerías y similares no cumplen sus previsiones de venta, obviamente.
¿Qué estrategias habéis cambiado en vuestra forma de trabajo con la nueva normalidad?
Etygraf no cesó su actividad de producción de etiquetas durante el estado alarma, pues recordamos que nos dedicamos a la fabricación de etiquetas para los sectores de alimentación, farmacia, fitosanitarios e higiene, productos, todos ellos, de primera necesidad. Desde entonces, ya implantamos una serie de protocolos y pautas internas de actuación en nuestro día a día. Nuestro más firme compromiso es seguir garantizando el etiquetado de todos estos productos con las máximas garantías de higiene y seguridad. Gracias a ello, y esperando que perdure en el tiempo, no hemos tenido ningún incidente en nuestro equipo de trabajo.
El consumo está creciendo a nivel de alimentación y sobre todo de frutas y hortalizas. ¿Notáis un crecimiento también en vuestro trabajo?
La realidad es que el etiquetado es ahora más imprescindible, también para marcar la trazabilidad y transparencia en la información del alimento, ahora existe una mayor demanda de packaging como medida de protección. Aunque, como hemos indicado en la pregunta anterior, hemos visto un descenso en la facturación dado por el exceso de stock de las empresas de alimentación durante el estado de alarma.
¿Qué desarrollo habéis tenido con la campaña de melón y sandía, uno de vuestros principales sectores?
La sostenibilidad ha dibujado la hoja de ruta del etiquetado en la campaña del melón y sandía, una tendencia imparable y necesaria, siendo para nosotros una prioridad el establecer procesos que minimicen el impacto medioambiental. En este sentido, existe una presencia más notable de materiales “paperfree” y la tecnología más presente son los relieves, troqueles a fondo, impresión a doble cara, purpurina…
Aunque la bajada de consumo está presente en el día a día de la sociedad, sectores como el hortofrutícola se mantienen, pero se han visto afectados la producción y el precio de venta.
El plástico sigue estando en el punto de mira, ¿en qué medida os afecta?
El plástico hace un año era el gran enemigo, por términos de sostenibilidad y reciclaje. Pero como siempre dicen “un miedo tapa otro miedo” y la pandemia global dejo el uso de plástico en un segundo lugar y se ha incrementado el uso para proteger los alimentos de cargas virales y por tanto de contagio.
Aún así se debe seguir actuando para reducirlo. Desde Etygraf seguimos aplicando todos nuestros procesos para reducir su uso e impacto.
En esta línea, en Francia las etiquetas tienen que ajustarse a una normativa de economía circular para 2022, que afectará también a las etiquetas de frutas y hortalizas. Esto llegará seguramente a ser algo global a nivel europeo. ¿Estáis preparados para ello?
Hay que frenar el despilfarro y para ello es necesario transformar los modelos de producción. En Etygraf apostamos por controlar muy bien todos los residuos. No vertimos nada, ni a la red pública ni a otros centros, vertido cero. Tenemos empresas que se dedican a recoger tanto envases vacíos, como incluso trapos sucios de tinta, líquidos residuales… Tampoco tenemos máquinas que puedan desprender ninguna clase de gas u otros aditivos. Nuestro compromiso es contaminación cero.
Lo que sí es una realidad es que la industria empieza a contar con papeles y soportes compostables, aunque el adhesivo nunca podrá serlo por su composición. Estamos en el camino y preparados de hacer todo lo que está en nuestras manos. Además, nuestros clientes demandan cada vez más el uso de materiales reciclables y sostenibles en sus productos y por nuestra parte apostamos por ello, tanto en el uso de papeles soporte como de papeles, ambos considerados como materiales reciclables.
¿En qué innovaciones trabajáis?
La innovación es constante y siempre lo será. La tecnología en el mundo de la etiqueta adhesiva es infinita, es un producto que siempre estará vivo. Una de nuestras principales apuestas giran en torno a procesos más sostenibles, hasta la maquinaria. Temas como la economía circular, huella de carbono, tintas, materia prima, gestión de residuos o el control del impacto ambiental, están muy presentes en el día a día de Etygraf. La tendencia es trabajar hacia un etiquetado sostenible y por ello es importante que las empresas del sector estén unidas bajo una misma visión que comporte una mejora global. Además, estamos certificados en IFS PAC (International Featured Standards for packaging), BRC PAC (British Retail Consortium for packaging) y ISO9001 (Sistema de Gestión de Calidad) para cumplir con todas las normativas.