El cultivo de níspero en invernadero optimiza recursos creando una planta más fuerte
Así lo han confirmado dos jóvenes emprendedores, Carmen y Juan Diego, que de la mano de Novagric han cultivado 17.000 hectáreas de este frutal bajo abrigo.
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¿Alguna vez has tenido que salir de tu zona de confort? Esa zona donde nos sentimos más seguros porque lo tenemos todo controlado y nada puede salir mal. Sin embargo, vencer el miedo, emprender y salir de tu zona de confort, a veces, es la mejor opción.
Que se lo digan a Carmen y Juan Diego, dos jóvenes emprendedores se han embarcado en esta gran aventura. Han pasado de trabajar con un cultivo que controlaban al 100%, a otro que no conocían; de cultivar al aire libre, a producir por primera vez en un invernadero tecnológico, y por si fuera poco, todo este proceso lo han vivido en plena ola de calor.
Carmen es la gerente y Juan Diego, el encargado de las empresas Agro Vivero y Casa Agrícola del Mediterráneo. Ambos decidieron ponerse en contacto con Novagric para desarrollar nuevas instalaciones de invernadero con tecnología destinadas a cultivar pistacho en semillero, una planta que conocen y con la que están acostumbrados a trabajar.
Al terminar las instalaciones del invernadero comenzarían con el cultivo del pistacho, pero se les presentó la oportunidad de comenzar a cultivar níspero para otro cliente que necesitaba germinar la planta. Decidieron echarles una mano y afrontar el reto de cultivar 17.000 pantas de níspero bajo plástico sin experiencia previa en este tipo de cultivo, ni en el manejo de tecnología en invernaderos.
“Hemos tenido momentos críticos como son olas de calor donde, gracias al invernadero, hemos podido regular la temperatura y la planta ha podido salir adelante”, señala Juan Diego. El invernadero cuenta con un sistema de nebulización para controlar temperatura y humedades, sistema de riego por microaspersión aérea con caudales de 120L.
Gracias a esta iniciativa, han podido comprobar las diferencias de cultivar al aire libre frente a producir en invernadero tecnológico, permitiéndoles un mayor control de los factores que en campo abierto son imposibles de controlar. “El invernadero te permite optimizar más recursos, crear una planta más fuerte y sana en menos tiempo y controlar posibles plagas”, explica Juan Diego. “Aquí teníamos un 95% de seguridad de que iba a salir adelante, fuera esa seguridad no la tienes y quizás no nos habríamos podido meter en un proyecto como este”, añade Carmen.
Este reto les ha servido para adquirir experiencia en el manejo del equipamiento y aprender a controlar las variables del invernadero para el crecimiento óptimo de la planta.
Los dos jóvenes han demostrado que el no tener experiencia no debe frenarte para alcanzar tus metas, y aunque han reconocido que al principio afrontaron este reto con miedo, como dice Juan Diego “el miedo te hace aprender” y salir más reforzados que nunca, porque han visto lo que han sido capaces de lograr.
Novagric por su parte, seguirá de cerca este proyecto apoyando las iniciativas de los agricultores más emprendedores, y ayudándoles con el próximo reto, el cual nos han confesado, están deseando afrontar.