El agua colapsa el crecimiento del aguacate
Es de las pocas frutas cuyo consumo nacional y europeo ha crecido a doble dígito durante la pandemia, lo que significa que el 'cuello de botella' se encuentra en la oferta. El clima, la falta de agua y las administraciones, por exceso de burocracia y falta de control, están llevando al sector a un punto de no retorno.
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La historia del cultivo subtropical es un caso de éxito, pero su situación actual es preocupante, como reflejan los mensajes de alarma de los principales productores y comercializadores. A diferencia de otros cultivos, la falta de agua para el aguacate y el mango supone una pérdida productiva de años; seguirá habiendo producción, pero el daño puede ser irreparable.
En los últimos meses, el sector ha visto cómo desde varios frentes se le ha acusado de estar desertificando la Axarquía malagueña. Por ello, queremos analizar todos los puntos de vista para no desvirtuar su realidad y sí poder hacer una fotografía de la situación actual.
El cambio climático es un hecho innegable y consecuencia de ello es el descenso de las precipitaciones. A ello se ha unido el incremento de la superficie de subtropicales un 91% entre 1989 y 2019, según los datos del Ministerio de Agricultura.
En 1989, el Plan Guaro se creó para ordenar y establecer el área delimitada y con acceso a agua para regadío de subtropicales y, posteriormente, se fue adaptando al crecimiento que tuvo la Axarquía. Así, el sector ha transformado un paisaje que, a su llegada a finales de los años 60 y principios de los 70, albergaba cultivos tradicionales como el olivo, el almendro o la vid para dar paso a frutos como el aguacate, el mango y la chirimoya. Los productores malagueños han sabido adaptarse a sus necesidades y crear un sector económico dinámico, permitiendo el arraigo en una zona donde otros cultivos más extensivos provocan despoblación. Solo en la Axarquía, se generan 15.000 puestos de trabajo anuales entre directos e indirectos.
El propio sector es consciente de que tienen un problema muy grave con el agua y que, de seguir así, las cosechas pueden verse dramáticamente afectadas, pero para no llegar a esta situación se han convertido en un sector innovador a nivel mundial, y lo vemos con datos:
– El 90% de los cultivos tiene riego por goteo.
– Se están implantando sistemas de sonorización e inteligencia artificial para el riego, el árbol solo recibe el agua imprescindible.
– Las fincas riegan la producción con un 70% menos de agua que la media mundial y la mitad de lo que se riega en el resto de España.
– Varias empresas desarrollan proyectos de investigación con los que producir con menos agua.
Incluso el sector ha conseguido reducir el uso de este recurso sin rebasar los 18 hectómetros cúbicos, cuando hace una década eran entre 22,5 y 21,5.
¿Es posible un colapso hídrico?
La realidad hidrográfica es que ese consumo no es sostenible para el embalse de La Viñuela, que ya no puede soportar esta actividad agrícola que, al fin y al cabo, necesita agua para sobrevivir. Las empresas y representantes del sector abogan por un trasvase que permita utilizar agua que se vierte al mar sin ningún uso, llegando incluso a ofrecerse a costear dicha obra. Sin embargo, para Iñaki Hormaza, investigador del CSIC en el Instituto La Mayora, la solución pasa por limitar las hectáreas de los cultivos tropicales en función del agua disponible y “no al revés: primero plantar y luego pedir agua”. Sostiene que el riesgo de desertización no es tanto como el riesgo de que se esté dando licencia de agua sin control.
Como solución, muchos ojos miran también a Israel, un país similar a España hidrológicamente y donde se riega de dos a tres veces más reutilizando el agua.
Las fincas riegan la producción con un 70% menos de agua que la media mundial
Como punto final, el 15 de junio de 2021, se aprobó el Decreto de Sequía, que establece que la demanda de riego garantizada alcanza solo el 50% el primer año de sequía y el 25% el segundo, lo que preocupa enormemente a los productores malagueños.
– Entre 1989 y 2019, las hectáreas de explotaciones de aguacates se han incrementado un 91%. Esto, a su vez, ha ido acompañado de un aumento de la producción, que en 2019 alcanzó las 47.900 toneladas de aguacate, un 233% más que en 1989.
– El embalse de La Viñuela cuenta actualmente (a finales de diciembre de 2021) con 20 hectómetros cúbicos de los 165 que tiene de capacidad, esto es, un 12% de su volumen total.
Aguacate 21/22
En noviembre arrancó la campaña de aguacate con la variedad Bacon, a la que en diciembre tomó el testigo la Hass, la más plantada. “Los árboles presentan un buen estado y confiamos en igualar las cifras de 2020” —unas 60.000 toneladas entre Málaga y Granada—, apunta Javier Braun, presidente de la Asociación Española de Productores de Frutas Tropicales.
La historia del cultivo subtropical es un caso de éxito, pero su situación actual es preocupante
ANÁLISIS DAFO
DEBILIDADES
· Sector dividido, no hay una sola voz interlocutora con las administraciones.
· Crecimiento sin control de explotaciones fuera del Plan Guaro.
· Déficit hídrico.
OPORTUNIDADES
· Innovación hídrica, referencia internacional.
· Creciente consumo nacional y europeo.
· Puerta de entrada de importaciones de ultramar.
AMENAZAS
· Mercados exportadores.
· Mala imagen.
· Crisis de costes.
· Administración.
FORTALEZAS
· Único origen de tropicales en Europa.
· Sector económico, empleo, transformación, procesado.
· Producto sostenible y de calidad
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