Así lo ha avanzado el presidente de la Asociación Interprofesional de la Asociación Interprofesional de estos productos hortícolas, Cristóbal Jiménez, que ha presidido la última lonja de la campaña que se ha celebrado en Manzanares (Ciudad Real) y que se ha caracterizado por el comportamiento inestable del mercado, en el caso del melón.
Jiménez ha explicado que a finales de julio, cuando comenzó la temporada, la cotización del melón extra oscilaba entre los 55-62 céntimos el kilo, un precio «rentable» que en agosto cayó estrepitosamente hasta venderse un 50 por ciento más bajo respecto a los costes de producción, hasta alcanzar los 0,13-0,15 céntimos el kilo.
Los precios se volvieron a recuperar algo en la recta final de la temporada hasta alcanzar los 0,37-0,42 céntimos el kilo, la pasada semana.
El descenso de los precios ha afectado al 70 % ciento de la producción total de melón, mientras que el resto se ha vendido a precios más o menos rentables, ya que, para abastecer al mercado, al final de la campaña se ha comercializado hasta el melón de segunda categoría que, en otras circunstancias, ni se habría recogido.
El presidente de la Interprofesional ha lamentado la atomización del sector, con más de 2.000 agricultores dispuestos a vender todo y «nerviosos» por dar salida a un producto perecedero a precios «desastrosos», de los que no se han beneficiado los consumidores.
Vender el melón por debajo de los 0,22-0,25 céntimos el kilo «es perder dinero», ha subrayado Jiménez, que ha cifrado esta horquilla entre los 16 y los 18 céntimos.
Sin embargo, la sandía que empezó la temporada con una cotización de 0,24-0,27 céntimos el kilo y la ha terminado entre los 0,28 y los 0,30 céntimos, en el caso de la sandía negra sin pepitas, ha tenido un comportamiento más estable en los mercados nacional e internacional, ya que, al contrario que el melón, un gran porcentaje se destina a la exportación.