La recesión económica que sucederá a la pandemia genera cierta inquietud y preocupación en el sector productor de alimentos bio, entre ellos frutas y hortalizas. “El impacto de la crisis económica puede ralentizar la evolución del sector”, afirma en declaraciones a la revista MERCADOS Raúl Medina, director comercial de Grupo Agroponiente. Y puede hacerlo aún más en países como España, donde el factor precio es determinante y el ecológico, al menos de momento, no está tan ‘comoditizado’. “Los consumidores van a priorizar alimentos que consideran básicos, reduciendo la cesta de la compra”, añaden desde otra empresa del sector.
Sin embargo, desde Ecovalia, su presidente, Álvaro Barrera, considera que, de momento, no hay indicios de que la recesión económica vaya a arrastrar al ecológico. En este sentido, recuerda que “el bio ha crecido de manera notable durante la pandemia”, en torno a un 12% y más del 37% solo en los primeros 30 días de confinamiento. Pero no solo eso.
Según el histórico de datos, las crisis suelen ser ‘aliadas’ del sector. “Cuando más crecimos fue durante la crisis económica de 2008 a 2013, cuando duplicamos nuestras cifras, y eso a pesar de la recesión”.
El consumo de alimentos bio en España prácticamente se duplicó (+96%) en cuatro años, entre 2014 y 2018, y solo el año pasado creció un 16,4%. Asimismo, seis de cada 10 consumidores se han iniciado en el bio en los últimos cinco años, hasta el punto de que nuestro país lidera el crecimiento a nivel mundial del sector, con un aumento de las ventas en 700 millones de euros en solo tres años, según el Informe Anual 2020 de Ecovalia.
Barrera explica que el consumidor de alimentos ecológicos es un consumidor “fiel y formado, que entra en este mercado por conciencia, primero sobre el cuidado de su salud y, en segundo lugar, por conciencia medioambiental”. Además, actualmente, son los menores de 35 años quien más se inician en este ‘consumo consciente’, garantizando así el crecimiento a futuro.
A priori, esta tendencia al alza parece difícil de revertir, y mucho más si se tiene en cuenta que, en España, el consumo aumenta a doble dígito anualmente, mientras que la producción de alimentos bio lo hace a un ritmo del 6% anual.