Queremos conocer la situación actual del sector frente al virus del rugoso, ¿y qué futuro cree que le espera, se podrá convivir con él?
Un virus como el Tomato Brown Rugoso Fruit Virus (ToBRFV), que es capaz de romper la resistencia en un cultivo tan importante como es el tomate, es motivo de una gran preocupación. Gran parte del éxito de la horticultura bajo plástico descansa sobre una notable oferta de resistencia varietal desde las casas de semillas, como parte del control integrado frente a enfermedades y aportando así una importante tranquilidad para el agricultor. Por muy grave que sea la existencia del virus rugoso, en el pasado hemos vivido tiempos muy complicados por otros virus tales como el Tomato Spotted Wilt Virus (TWSV), Tomato Yellow Leaf Curl Virus (la cuchara, TYLCV), Cucumber Vein Yellowing virus (venas amarillas, CVYV), en Bean Yellow Disorder Virus (amarilleo de la judia, BnYDV), y el Tomato Leaf Curl New Delhi Virus (ToLCNDV), pero el sector ha sabido reaccionar, introduciendo nuevas variedades con resistencias, mejoras en las estructuras de los invernaderos y la optimización del control biológico contra insectos vectores de virus. Ahora, el virus rugoso del tomate nos pone otro reto: el desarrollo de nuevas variedades resistentes de parte de las casas de semillas y mejorar significativamente la limpieza y la higiene en el invernadero de parte del agricultor, quizás, después de la revolución del control integrado, el siguiente objetivo a alcanzar en la horticultura bajo plástico en el sureste de España. La mayoría de las enfermedades por virus del pasado no desaparecen del todo, pero suelen ser mucho más suaves y poco frecuentes y se puede vivir con ellas, siempre que se tomen las medidas de control adecuadas. Es de esperar que lo mismo pasará con el virus rugoso.
Las nuevas variedades ayudarán a convivir con el virus, ¿qué puede hacer el agricultor hasta entonces? ¿Hacia dónde deben ir las casas de semillas?
Aunque la aparición del virus es bastante reciente, muchas de las casas de semillas ya ofertan variedades de tomate con resistencia, y la pronta reacción de estas empresas es una buena noticia en sí. Por tanto, son una opción interesante para el agricultor, siempre y cuando estas variedades tengan también un buen comportamiento. Como siempre, la prevención es preferible, optimizando las condiciones del cultivo, maximizando higiene dentro y fuera del invernadero para evitar la entrada del virus. Si existe riesgo de entrada del virus, o cuando ya ha entrado en un invernadero y las medidas para eliminarlo no son suficientes, las nuevas variedades pueden ser una opción para intentar seguir produciendo tomate. Pero debemos confiar en que las casas de semillas desarrollan variedades de tomate cada vez más productivas, con mejor desarrollo, y acumulando menor carga viral (para no amenazar plantaciones futuras).
«La prevención es preferible, optimizandolas condiciones del cultivo,
maximizando higiene dentro y fuera del invernadero para evitar la entrada del virus»
Hay cierta confusión hoy con las resistencias (alta, media, tolerancia…) que hay en el mercado, para los agricultores, ¿podría aportarnos algo de luz en este sentido?
De cara a patógenos como virus, las plantas pueden ser inmunes, tolerantes, resistentes (alto, intermedio…) o sensibles. Una planta es inmune cuando no se puede infectar por un virus y este no puede invadir la planta sistémicamente (toda la planta). En una planta tolerante, el virus sí puede infectarla sistémicamente, pero sin causar síntomas de enfermedad. Resistencia alta e intermedia son cualidades otorgadas en evaluaciones comparativas entre diferentes variedades en cuanto al desarrollo vegetal, la producción, la expresión de síntomas, etc. Las variedades de tomate más recientes catalogadas como resistentes intermedias, son muy variables. Casi todas pueden mostrar síntomas en hoja cuando se inoculan con el virus rugoso, pero la mayoría no muestran síntomas en el fruto en el caso del tomate cherry. Dependiendo de la variedad de tomate redondo, algunas de estas sí pueden mostrar síntomas en el fruto. En el campo se han visto síntomas de necrosis en frutos de algunas variedades catalogadas con alta resistencia. Son la expresión de una hipersensibilidad como reacción a una infección del virus rugoso.
¿Cuál es el trabajo que está llevando a cabo IFAPA frente al rugoso?
La entrada del virus rugoso del tomate en España ha puesto a todo el mundo ante un gran reto. Con anterioridad a su aparición en Almería, y conociendo la evolución del virus en otras partes del mundo, en el IFAPA ya se habían organizado jornadas de divulgación, donde informamos al sector de la evolución de la enfermedad, de los síntomas del virus y cómo tomar medidas de prevención, con el objetivo de mantener informado al sector. En estos casos, pudimos contar con la colaboración de virólogos de países donde ya hubo experiencia con este virus. También con anterioridad, el IFAPA se ha adelantado con jornadas de demostración de diferentes técnicas de higiene y prevención para enfermedades por tobamovirus en invernadero. Se realizaron talleres eminentemente prácticos, dedicados a la formación en la detección rápida de tobamovirus que puede ser utilizado en el mismo invernadero y obtener resultado en el momento. Una vez detectado el virus en Almería, en el centro IFAPA de La Mojonera hemos iniciado actuaciones de I+D específicas de cara al virus rugoso. Se está realizando una evaluación continua de variedades de tomate en cuanto al comportamiento frente al virus, un estudio en colaboración con las cooperativas Anecoop, Unica, CASI, Vicasol y Granada-La Palma. Dichas variedades son evaluadas en campañas tempranas y tardías, todas bajo condiciones estrictas de contingencia.
Un proyecto propio de investigación de IFAPA (INV2023.025) se centra en el control de patógenos por suelo. Para la prevención de infecciones, y también para la eliminación de material vegetal infectado con el virus rugoso del tomate en suelo, estamos evaluando la posibilidad de solarización del arenado y los diferentes sustratos utilizados en el cultivo de tomate: turba, coco y perlita. Estos estudios, una vez concluidos, darán información para confirmar, o matizar, las propuestas habituales para conseguir la recuperación de la salud del suelo. Los protocolos de este estudio simulan, además, el abonado en verde, con la incorporación de material vegetal fresco al suelo o sustrato, así que este estudio también dirá si dicha práctica es recomendable o, por el contrario, a evitar. Recientemente, el IFAPA ha demostrado la eficacia de microRNAs, homólogos a parte del genoma del tobamovirus CGMMV para reducir la expresión de síntomas y la carga viral en pepino. Esta técnica hace uso de los mecanismos de silenciamiento génico de las plantas mismas para “silenciar” el tobamovirus. Mediante un tratamiento muy sencillo en plántulas de pepino, éstas se resisten a posteriores infecciones, no son afectadas en su desarrollo, tienen menor carga viral y no expresan síntomas. Ésta y otras técnicas pueden ser desarrolladas para otros tobamovirus como el virus rugoso de tomate. La metodología para gestionar restos de cultivo está en plena evolución y estamos evaluando las últimas novedades en compostaje en el marco del proyecto Recicland, ubicado en el centro de La Mojonera. Estudiamos diferentes métodos de compostaje de material vegetal infectado con el virus rugoso del tomate, ya sea a través de un compostaje tradicional o con técnicas más novedosas. Así, pretendemos aportar nuevas herramientas para evitar la diseminación del virus. En el IFAPA, todo el conocimiento generado por nuestras investigaciones se incorpora a nuestros Proyectos Formativos para, de esta manera, colaborar con una formación actualizada de nuestros productores y asesores.