La compañía, recoge Europa Press, ha achacado este resultado al impacto negativo de una serie de factores, principalmente en el primer semestre y que han contribuido de «manera negativa» en sus cuentas como el despido colectivo en España y el recorte de plantilla en Brasil, el cierre de 757 tiendas deficitarias -de las cuales 94 fueron en el tercer trimestre- o la interrupción de actividades no estratégicas para reducir la complejidad y mejorar la eficiencia, entre otros.
Entre enero y septiembre, las ventas netas alcanzaron los 5.083 millones de euros, lo que supone un descenso del 7,4%, mientras que el resultado bruto de explotación (Ebitda) ajustado se situó en 95,2 millones de euros, un 48,9% menos.
La deuda neta total a finales de septiembre asciende a 2.556,7 millones de euros, de los cuales 707,2 millones de euros correspondían a la aplicación de la nueva norma contable NIIF 16, y 492,3 millones de euros a los préstamos con participación en beneficios recibidos de su principal accionista, LetterOne, que se convertirán en fondos propios una vez que se produzca la ampliación de capital de 606 millones de euros.
De esta forma, la deuda financiera neta se sitúa en 1.854,5 millones de euros a finales de septiembre, lo que supone 398,3 millones de euros más que a finales de 2018, niveles similares a los del primer semestre del año.
Estos resultados de la cadena de supermercados coinciden en pleno ‘road show’ de la compañía que está llevando a cabo este mes con el objetivo de atraer a posibles inversores en la ampliación de capital y después de que LetterOne haya decidido no pedir títulos de segundo tramo y dar vía libre a los minoritarios.