Un grupo de investigación de la Universidad de Córdoba (UCO) ha logrado caracterizar por primera vez un factor de transcripción que modula más de 600 genes implicados en la maduración de la fresa, un cultivo del que España es líder en Europa. La institución académica ha explicado que el grupo de Biotecnología y Farmacognosia vegetal ha estudiado la maduración del fruto de la fresa, analizando los genes que están relacionados con la calidad del fruto según los parámetros de color, firmeza, aroma, sabor o textura, buscando obtener el mejor producto de cara a su comercialización.
En esta investigación por mejorar las características y las propiedades organolépticas de este fruto rojo, acaban de describir por primera vez un gen que juega un papel muy importante en la regulación del proceso de maduración. Se trata de un factor de transcripción (FaPRE1), que es un gen encargado de traducir la señal genética y hacer que se expresen específicamente genes de color, aroma y demás características.
La evolución del fruto de la fresa se rige por las hormonas ABA y auxinas, que deciden cuándo la fresa alcanza el tamaño, color y sabor adecuados para llegar al mercado. Este nuevo gen descrito ejerce «como centinela del proceso de maduración» al realizar una doble tarea en la regulación de la expresión, ya que cuando llega el momento de la maduración controla que los genes de desarrollo (auxinas) se silencien y comiencen a expresarse los genes de maduración (ABA).
Según la investigación, el nuevo gen descrito aparece repentinamente cuando va a comenzar la maduración y se asegura de que se potencien sólo y exclusivamente los genes de maduración, hasta 600 diferentes, que harán que el fruto se engalane con aromas, colores y sabores que lo hagan atractivo para ser comido y sus semillas esparcidas.
Este gen se considera atípico porque necesita trabajar en equipo para lograr la transcripción de genes, es decir, tiene la posibilidad de potenciar y silenciar genes cuando trabaja con otro factor de transcripción básico que tenga la función de adherirse al ADN.
Con la caracterización de este gen, el grupo da un paso más en la consecución de un mapa de regulación genética importante, de tal forma que para la comercialización y al mantenimiento del liderazgo español en el campo de la producción de fresas, este avance ayudará a obtener marcadores concretos que permitan distinguir las plantas con mejores características genéticas.