Evidentemente, Esteban no es ajeno a la situación actual del sector, que acusa la falta de tratamientos de desinfección de suelos tanto en vivero como en el campo, y que además exige plantas de forma cada vez más precoz. “Estos arranques tempranos tienen dos hándicaps”, comenta y detalla: “El primero, que la planta no esté lo suficientemente madura y, en segundo lugar, que, mientras más temprano, peores son las condiciones climatológicas para el arranque, el transporte y el posterior trasplante en campo”. Llegado a este punto, pone en valor su trabajo como vivero seleccionador, de modo que desarrollan su propia planta madre y, partir de ahí, seleccionan los mejores clones. No cabe duda: “Debemos seleccionar variedades resistentes a enfermedades”, pero que a su vez sean las mejor adaptadas a cada zona de producción.
Precisamente por ello, hace años que los programas de obtención con los que trabajan iniciaron un cambio, que pasa por la introducción de la última tecnología para la selección, como es el uso de marcadores moleculares. Y es que para Esteban, la inversión en tecnología es clave para garantizar la “supervivencia” de los viveros en un sector cada vez más competitivo.
En su reparto varietal de cara a la próxima campaña, destaca Inspire, una variedad club de muy buen sabor y producción que sigue creciendo. En lo que respecta al mercado libre, sus referencias son Primavera, variedad “todoterreno” que lanzaron hace dos años; y desde esta campaña, Victory, “un referente en el retail europeo”, gracias a su precocidad –sin ser la más temprana-, producción estable y sobre todo su inigualable vida postcosecha.
Para Mario Esteban, las variedades de fresa del futuro deben encontrar un equilibrio perfecto entre productividad y sabor, sobre todo teniendo en cuenta que la gran distribución, el gran prescriptor de variedades actual, valora cada vez más las características organolépticas de la fresa.