Los consumidores tienen una mayor preocupación e interés por la trazabilidad y formas de producción de los alimentos. La importancia de aspectos como la huella hídrica o la mejora en la gestión de los recursos está aumentando, y se precisará de tecnología que contribuya a aumentar la eficiencia y sostenibilidad de la producción agrícola.
Nuestras propuestas en agricultura innovadora están focalizadas, precisamente, en soluciones técnica y económicamente eficientes que logren una agricultura viable para los agricultores y den respuesta a las demandas de un mercado concienciado y competitivo. Para ello, desarrollamos nuestras líneas de negocio y productos siempre en torno a dos grandes temas: el agua y el clima.
El foco de nuestro I+D está en el desarrollo de tecnologías para una agricultura sostenible (gestión eficiente del agua, cálculo y reducción de la huella hídrica, Green Deal, Farm to Fork, residuo cero, etc.) y digital, la puesta en valor del dato, de manera que se disponga de información del medio, cultivo y clima para realizar una adecuada toma de decisiones.
En este sentido, y dentro de la línea de negocio de horticultura protegida, perseguimos un diseño y fabricación de invernaderos más herméticos para impedir la entrada de plagas y, por tanto, menos dependientes de tratamientos fitosanitarios; a la vez que permitan generar un óptimo microclima con un manejo inteligente de los parámetros decisivos para el desarrollo de los cultivos.
Por otro lado, el encarecimiento de la energía ha sido el detonante de proyectos energéticamente eficientes. Hemos patentado un nuevo modelo de ‘Invernadero Agrovoltaico’ que reduce la huella de carbono, y prevemos seguir realizando instalaciones de riego para viña, frutales y leñosos con bombeo solar, donde se ha logrado un consumo cero, amortizando rápidamente la inversión.
No cabe duda, asimismo, de que un factor clave en el futuro será el ahorro de agua. Y esto nos lleva a la implementación de sistemas de aprovechamiento de la lluvia, recogida de drenajes y desinfección de agua para su reutilización; además de nuevos tratamientos como las nanoburbujas, que oxigenan y mejoran la calidad del agua, aumentando el desarrollo radicular de las plantas sin generar residuos.
En los próximos años serán fundamentales, asimismo, los modelos de Agricultura de Precisión con sensores interconectados que recogen y emiten datos en tiempo real. Mediante la Inteligencia Artificial, podemos elaborar modelos predictivos según las necesidades de cada suelo, clima y cultivo, proporcionando información al agricultor para la implementación de acciones basadas en parámetros objetivos, y poder realizar aplicaciones fitosanitarias y riego en el momento y cantidad adecuada.
La innovación debe estar siempre presente si queremos llegar a alimentar a la población prevista en 2030. Actualmente, la agricultura vertical es incipiente en España, pero ha pasado de algo casi experimental a concebirse como una propuesta real con altas posibilidades de crecimiento en un futuro. Llega a ahorrar un 95% de agua, es libre de pesticidas y capaz de producir alimentos los 365 días del año.
Existe asimismo un aumento del interés por sistemas de alimentación sostenibles y de proximidad. Los principales retos en este caso son la alta inversión necesaria en los modelos existentes. Desde Novagric trabajamos en propuestas alternativas a los modelos indoor, mediante sistemas de vertical farming sin iluminación artificial, para facilitar el acceso a esta modalidad agrícola con proyectos como Greendomo o Vertical Sunning, y la introducción de nuevas especies de cultivo, dado que ahora está muy limitado a hoja verde.
En conclusión, apostar por la inversión en tecnología agrícola garantizará el futuro de una agricultura capaz de generar nuevos modelos de negocio, formas de empleo, contribuir a la soberanía alimentaria y al desafío del cambio climático.