El comisario de Agricultura de la Unión Europea ha reconocido en un escrito de respuesta a una carta remitida por Unión de Uniones que el Gobierno español no se opuso en ningún momento al Acuerdo de Asociación Económica entre la UE y los Estados del África Meridional (entre ellos Sudáfrica).
Phil Hogan señala textualmente que “la Comisión considera poco probable que la concesión en naranjas a Sudáfrica perjudique el interés de los productores europeos de cítricos. Los detalles de la concesión fueron presentados a los Estados miembros en 2011 y, ampliamente debatidos en ese momento, sin que se manifestaran preocupaciones concretas sobre esta concesión”. En este sentido, Unión de Uniones critica la falta de transparencia del Gobierno en este asunto porque no consultó en su día al sector, o al menos no a esta organización profesional agraria el contenido del Acuerdo.
Hogan minimiza eso sí las consecuencias del Acuerdo e indica que las exportaciones de cítricos sudafricanas muestran una fuerte caída a partir de octubre que reduce sustancialmente el efecto esperado de la apertura incluida en el Acuerdo en el periodo comprendido entre el 16 de octubre y finales de noviembre. Unión de Uniones le traslada que se debe fundamentalmente a los aranceles, que desaparecerán en nueve años, y que lejos de ese optimismo no se infravalore la elevada capacidad que Sudáfrica tiene de planificar su producción para extender sus exportaciones a noviembre. Además, la reducción de las importaciones a partir de octubre en esta campaña lo ha tenido todo que ver con las circunstancias climatológicas que ha habido en el país africano, con una fuerte sequía que ha mermado la producción y su calidad.
Los datos referentes a las exportaciones sudafricanas a la UE demuestran, pese a la escasez de producción que padecieron, que el primer año de entrada en vigor del nuevo acuerdo ha servido para consolidar la tendencia ascendente en sus envíos (671.519 toneladas (Tm) en 2016, frente a las 655.150 Tm de 2015). En este sentido, Unión de Uniones le recuerda que la campaña citrícola se inició ya en España con el efecto psicológico de la firma del acuerdo y que las consecuencias fueron que las cotizaciones medias para los productores en el periodo comprendido del 16 de agosto al 3 de octubre se redujeron un 19% y arrastraron a la baja el resto de cotizaciones semanales hasta diciembre. El mayor impacto, de hecho, se produjo con las clementinas precoces españolas que tuvieron que competir en condiciones nada ventajosas con las mandarinas tardías sudafricanas, que vienen experimentando incrementos de dos dígitos en las importaciones comunitarias.
El comisario de Agricultura de la UE afirma que la región del África Meridional, compuesta mayoritariamente por países de renta media, tiene «un potencial importante de crecimiento para las exportaciones agrícolas europeas», pero no especifica cuáles e indudablemente a los cítricos no se refiere puesto que Sudáfrica es el segundo exportador mundial de cítricos en fresco del mundo, convirtiendo de nuevo este cultivo en moneda de cambio en las negociaciones de la UE para acuerdos comerciales-económicos con terceros países.
Hogan se compromete públicamente no obstante en su escrito dirigido a Unión de Uniones a que en el caso de que la liberalización del mercado ocasione un aumento de las importaciones que provoquen o amenacen con provocar perturbaciones del mercado “no dudaremos en aplicar medidas de salvaguardia para proteger a los productores de cítricos comunitarios”; aunque no las concreta en ningún momento.
Sobre las cuestiones fitosanitarias, el Comisario de Agricultura comparte las preocupaciones de Unión de Uniones de que es necesaria una protección estricta del territorio de la UE, pero matiza que ya se han introducido requisitos de importación más severos con los cítricos originarios de Sudáfrica debido a repetidas importaciones interceptadas. Sin embargo, Unión de Uniones cree que la normativa europea actual en materia fitosanitaria (Decisión 2016/715/UE), lejos de haberse endurecido, se ha relajado de forma radical. De hecho, fue aprobada sólo nueve días antes de la suscripción del Acuerdo con Sudáfrica con el voto favorable de una amplia mayoría liderada por Holanda y Reino Unido que, curiosamente, son los países más beneficiarios del negocio portuario y de intermediación derivado del acceso de los cítricos a la UE procedentes de Sudáfrica, siendo España la más damnificada (puesto que han dejado de importarse por los puertos españoles).
La opinión de Unión de Uniones, además, es compartida por una resolución aprobada por el pleno del Parlamento Europeo en diciembre, que censuró abiertamente «por insuficientes» esas medidas que el comisario aprecia ahora que son más «estrictas». Es más, tal decisión comunitaria es la que ha permitido crear un nuevo canal de acceso, con controles más laxos, si se declara que se trata de cítricos con destino a la transformación en zumo. Y ello pese a que no existe ninguna garantía de que esos agrios, una vez en el mercado único, se dirijan finalmente al circuito en fresco, lo que dispara la amenaza de infestación de la llamada ‘mancha negra’.
Sobre las posibles inspecciones de los envíos sudafricanos a la UE, Hogan dice que son responsabilidad del país exportador, aunque se contradice luego al afirmar que el principal objetivo de los controles en destino es verificar la certificación del país de origen.
No es tampoco, según Unión de Uniones, lo que aplican países como EEUU que negocia directamente con el Estado miembro de origen y que envía además a sus inspectores, cuya estancia y gastos paga el sector citrícola de ése Estado miembro. Sudáfrica no es tampoco un modelo en el cumplimiento del sistema de certificación de sus envíos: Desde el año 2009 hasta 2016 se han interceptado en la Unión Europea, tras pasar tales controles en origen, un total de 302 envíos de cítricos con organismos nocivos y durante los últimos once años Sudáfrica ha repetido como el primer (en siete de ellos) o segundo (en cuatro) exportador tercero con más intercepciones portuarias en la UE por motivos fitosanitarios.