El sindicato de Industria de CCOO de Sevilla ha cuantificado en más de un 95 % el seguimiento de la cuarta jornada de huelga en el campo sevillano, mientras que la patronal Asaja mantiene que ha tenido una incidencia nula o muy escasa, salvo un poco más de repercusión en la comarca de la Vega por la «coacción» de los piquetes informativos.
Sin embargo, el secretario general del Sindicato Provincial de Industria de CCOO de Sevilla, Juan Antonio Caravaca, ha asegurado que el seguimiento de la huelga «no ha parado de crecer, a pesar de las presiones de los manijeros, porque los trabajadores han valorado la importancia de contar con un convenio colectivo en el que se incorporen las justas reivindicaciones laborales».
Ha asegurado que, «si Asaja sigue obstaculizando el convenio con su inmovilismo, van a instar tanto a la Junta de Andalucía como al Gobierno Central a tomar cartas en el asunto».
Por comarcas, la participación hoy ha alcanzado el 90 % en el Bajo Guadalquivir, el 100 % en el Aljarafe y ha llegado al 95 % en la zona de la Vega, en tanto que en los almacenes ha superado el 90 %.
Según Caravaca, es falso que los empresarios «no puedan asumir las justas reivindicaciones de los sindicatos», ya que tienen beneficios fiscales en las cotizaciones de los trabajadores del 52 % respecto al régimen general, reciben importantes ayudas de la PAC y han mejorado sustancialmente los resultados en los últimos años mientras los trabajadores perdían poder adquisitivo».
Sin embargo, el secretario general de Asaja Sevilla, Eduardo Martín, ha sostenido que ha sido una «huelga de espaldas al campo», de ahí, su «nula o escasa repercusión» y ha confiado en que los sindicatos vuelva a la mesa de negociación, en la que la organización agraria mantendrá su postura porque «están cargados de razones y datos objetivos».
Los sindicatos UGT y CCOO convocaron cuatro días de huelga en el campo sevillano, que comenzó el pasado viernes y ha concluido hoy, en protesta por el «bloqueo» de Asaja en la negociación del convenio colectivo, que afecta a unos 125.000 trabajadores, y en la que ambas partes mantienen posturas muy distantes