Con la llegada del frío, la estrategia de control biológico de trips en los cultivos hortícolas de invernadero se centra en las sueltas de Neoseiulus cucumeris (THRIPEX®), un ácaro depredador con una morfología muy similar a la de Amblyseius swirskii. El descenso de las temperaturas que se registra actualmente crea las condiciones óptimas para la liberación de este enemigo natural, que se alimenta de ninfas y huevos de trips. Con niveles de humedad superiores al 50% y con temperaturas medias en el interior del invernadero en torno a los 20ºC, la instalación de Neoseiulus cucumeris está asegurada.
En esta época del año, las condiciones climáticas coinciden con el estado fenológico en el que la mayoría de los cultivos pierden flor. En consecuencia, los enemigos naturales que hasta ahora han tenido la misión de proteger el cultivo, como son Orius laevigatus y Amblyseius swirskii, pueden ver reducida su eficacia, por lo que es recomendable iniciar ya la introducción de otro ácaro depredador como Neoseiulus cucumeris para garantizar la protección biológica del cultivo frente a la aparición de diferentes especies de trips.
El adulto de Neoseiulus cucumeris se alimenta de huevos y larvas de primer estadio de trips. Los ácaros perforan su presa y vacían completamente su contenido. THRIPEX® es un depredador no específico con alimentación variada. Además de trips, se alimenta también de ácaros y araña blanca. Ejerce su control sobre varias especies de trips, en especial Frankliniella occidentalis. Los cultivos principales en los que THRIPEX® desarrolla su actividad con eficacia son berenjena, calabacín, judía, melón, pepino, pimiento, sandía y tomate.
Medidas complementarias
Además de utilizar THRIPEX®, en esta fecha se hace indispensable incrementar los refuerzos de control frente a entradas de trips mediante placas HORIVER® tanto amarillas como azules. Por lo general, las trampas deben colocarse en toda la finca, con especial incidencia en bandas, ventanas y puntos de entrada como las puertas.
Koppert también recomienda contar con plantas reservorio como Lobularia marítima, que atrae a diferentes especies de trips. Por tanto, las plantas reservorio sirven de testigo para identificar los niveles de plaga antes de que el trips haga su presencia en el cultivo comercial.