La eurodiputada Clara Aguilera, miembro de la Comisión de Agricultura de la Eurocámara y ponente socialista de este informe, ha valorado positivamente la decisión: “como socialistas, hemos trabajado duro para identificar y proponer soluciones a los posibles problemas y obstáculos que esta transición podría traer”. En este sentido, ha dicho, “es importante que la Comisión Europea elabore estudios de impacto de todas las medidas legislativas que se desarrollen basándose en esta estrategia”.
“El acuerdo alcanzado no es el que habríamos deseado los socialistas, pero representa el mejor acuerdo político de equilibrio posible”, ha reconocido Aguilera, que señala que se han conseguido “sumar elementos cruciales, como la importancia de la innovación, el etiquetado de origen y la producción integrada”. Eso sí, ha hecho hincapié en que “es imprescindible que el impacto de esta estrategia no impida que los mercados agrarios se mantengan estables con precios justos a lo largo de toda la cadena alimentaria, empezando por los agricultores”. Si no se consigue este objetivo, ha dicho, “podrían aumentar las prácticas fraudulentas en la producción de alimentos”. De este modo, asegura, “preocupa que, como efecto no deseado, la estrategia lastre la competitividad de las producciones europeas frente a las de terceros países, cuyos productos no están sujetos a estas exigencias”.
El texto aprobado por el Parlamento Europeo prevé reducir, en los niveles que determine cada estudio de impacto, el uso de pesticidas, antibióticos y fertilizantes. Pero esta estrategia no solo se centra en como producir, también reclama una remuneración digna para los agricultores, mejores condiciones de trabajo en la cadena alimentaria y medidas destinadas al conjunto de los consumidores europeo; sin olvidar el compromiso en la defensa del medio ambiente y luchar contra el cambio climático. Para alcanzar los objetivos marcados por el Pacto Verde Europeo, “el sector agrícola, como otros sectores económicos, también debe contribuir”, apunta Aguilera. “Si queremos que esta transición sea posible, debemos proporcionar a nuestros agricultores todas las herramientas necesarias para garantizar una remuneración justa, más inversión en investigación e innovación, pero sobre todo protección frente a la competencia desleal y no sostenible de terceros países”, ha resaltado la eurodiputada.