Las fincas de El Esparragal y El Cerro han vivido en los últimos dos años una particular revolución agrícola con la que se pretende contagiar a otras explotaciones de la Vega del Guadalquivir. Se trata de una historia con tres protagonistas: la firma sevillana Naturgreen (Iberhanse), uno de los grandes exportadores de cítricos de Andalucía; la cadena de supermercados Edeka, la mayor red de comercio minorista de Alemania (con unos ingresos superiores a los 50.000 millones de euros); y el Fondo Mundial para la Naturaleza (más conocida por sus siglas en inglés WWF), la primera organización conservacionista del planeta.
La combinación de estos elementos —naranjas de Naturgreen con el logotipo de WWF en las tiendas de Edeka— ha sido una especie de «Best Seller» en un sector muy complejo para crear una marca propia como es el de los cítricos. Las ventas crecen a un ritmo del 40%y la clave del proyecto es que tanto en El Esparragal como en El Cerro se ha creado la imagen de una especie de bosque de naranjos que ha seducido al consumidor germano.
«El futuro camina hacia una producción más sana y respetuosa con el entorno, los productos ecológicos ponen el acento en las garantías hacia el consumidor, pero en sus especificaciones no cuenta con el componente de la biodiversidad», afirma Luis Bolaños, presidente de Naturgreen.
Frente a ello, este empresario planteó a Edeka el lanzamiento de unas naranjas y mandarinas en fincas en las que se redujera el impacto ambiental y el uso de agua, un aspecto muy valorado en un país con tanta conciencia ecológica como Alemania. «Era una evolución de nuestro proyecto de cítricos con cero residuos en fitosanitarios, que sumaba al beneficio para el consumidor el respeto a la naturaleza… Edeka no solo respaldó el proyecto, sino que apadrinó nuestra relación con WWF para acometer la iniciativa».
Así nació en El Esparragal y El Cerro el proyecto «Zitrus Edeka», donde se mejoraron las prácticas agrícolas «con el empleo de cubiertas vegetales, la creación de áreas de reserva y corredores naturales, además de la instalación de refugios y posaderos para fauna, y con el fomento de fertilización orgánica».
A esto se le une «la vuelta de la fauna autóctona, con un exhaustivo control diario de especies existentes y análisis de depredación sobre plagas, para disminuir el número de tratamientos fitosanitarios». La otra exigencia es la reducción en el uso del agua con la mejora de los sistemas de riego con modernos sistemas de sondas de humedad. «No se trata solo de controlar las fincas, sino del análisis del uso del agua en la propia cuenca, vigilando los caudales de los arroyos que cruzan la misma».
Las naranjas de Naturgreen son uno de los primeros productos agrícolas que se comercializan con el logo de WWF, la famosa imagen del Oso Panda, una de las marcas más reconocidas del planeta, aunque hay precedentes en otros cultivos (como el de las bananas). Tras elevar sus ventas a un ritmo de doble dígito en los últimos dos años, ha llegado el momento de gestionar el crecimiento. «Junto a nuestro almacén central de La Algaba, hemos ocupado un segundo almacén en Villaverde y a lo largo de este ejercicio tendremos que incorporar una tercera central… hay una línea ascendente que nos permite competir en un sector dominado por empresas cada vez más grandes».
Naturgreen comercializa 16 millones de kilos de cítricos con el sello de WWF (en torno al 40% de su producción). Este proyecto «se ha extendido a las explotaciones de otros empresarios agrícolas como Jaime Trueba (El Torno), los hermanos Martínez, los hermanos Gómez (Naranfresh), Simón Núñez, los hermanos Barahona y José Luis Zambrano». De 400 hectáreas se ha pasado a 700 y existe capacidad para llegar paulatinamente a 1.500. «El ritmo lo marcan los equipos de WWF», subraya Bolaños.
El Fondo Mundial para la Naturaleza no da un certificado anual a la producción, sino que realiza «una auditoría diaria, con un control permanente de las buenas prácticas a lo largo del año», con lo cual la expansión del cultivo está sujeta a que estos equipos puedan ejercer de forma fehaciente esta tarea. En las fincas que se han incorporado a «Zitrus Edeka», Naturgreen realiza la dirección técnica y los propietarios se garantizan así la comercialización de sus cítricos con un mejor precio.
Una de las metas es que la reducción del uso de agua y de los fitosanitarios no afecte a la productividad de las fincas. «Con este sistema la naturaleza y la agricultura encuentran su equilibrio; es una gran oportunidad para las explotaciones andaluzas», concluye.
Fuente: ABC Sevilla