Cajamar analiza los retos del agro familiar
Roberto García Torrente pone en valor este modelo para poder alimentar al mundo en 2050
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La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) declaró 2014 Año Internacional de la Agricultura Familiar, bajo el lema ‘alimentar al mundo, cuidar el planeta’. Así comienza Roberto García Torrente, director de Negocio Agroalimentario de Cajamar, un artículo publicado en el blog de la entidad, en el que analiza los retos y oportunidades de este modelo agrícola en el actual contexto.
Para García Torrente, estos desafíos pasan por responder al incremento de la demanda alimentaria que traerá consigo el crecimiento demográfico global, y al mismo tiempo garantizar la sostenibilidad de la actividad productiva y el respeto al medioambiente.
«Ambos objetivos tan solo podrán alcanzarse a través de un modelo de producción agraria muy próximo al de la agricultura familiar. Tradicionalmente, este sistema se ha caracterizado por la mejora continua de las explotaciones y sistemas de producción, tanto para garantizar el mayor bienestar posible a todos los miembros de la unidad familiar, como para poder legar a sus descendientes una herencia mejor que la recibida. La rentabilidad y sostenibilidad son la base, por tanto, de la agricultura familiar, y la respuesta a los retos alimentarios globales a los que antes se hacía referencia», dice.
Cajamar siempre se ha identificado con este modelo agrario. «El cooperativismo de crédito en España está ligado a la pequeña explotación campesina, tradicionalmente marginada de los circuitos convencionales de financiación», algo para lo que nacieron las cajas rurales. Además de los productos y los servicios propios de cualquier entidad de crédito, «la especialización agroalimentaria de Cajamar nos impulsa a continuar fomentando entre los agentes rurales la innovación, el conocimiento y el desarrollo tecnológico como herramienta prioritaria de desarrollo y competitividad», dice.
Cajamar colabora muy activamente con iniciativas como las I Jornadas Internacionales de Agricultura Familiar, celebradas en la UAL en mayo de 2014. Dado el interés de las mismas, y para garantizar el acceso a las conclusiones de las Jornadas, más allá de las limitaciones temporales y geográficas que siempre supone la organización de un encuentro académico de estas características, hemos considerado interesante y oportuno editar la presente publicación. Para ello se han reunido las aportaciones de especialistas de diferentes empresas, universidades y centros de investigación, que exponen los distintos modelos y estrategias que están siguiendo las explotaciones agrarias familiares para adaptarse a las demandas del nuevo sistema agroalimentario global. Un proyecto que ha podido materializarse gracias al esfuerzo y la ilusión que le ha dedicado Emilio Galdeano, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Almería, que en su momento coordinó la organización de las Jornadas y ahora la edición de esta obra.
La ONU prevé que en 2050 nuestro planeta contará con más de 9.000 millones de habitantes, que necesitarán un 70% más de alimentos de los que actualmente se consumen. En este crecimiento exponencial de la demanda alimentaria global reside el gran reto del siglo XXI, y en él deben implicarse activamente todos los agentes directa e directamente implicados en la producción.
Entre las prioridades está sin duda la necesidad de incrementar la productividad media de las tierras ya en explotación, para evitar el continuo deterioro o la pérdida irrecuperable de zonas con alto valor ecológico. Sobre las explotaciones familiares recae buena parte de la responsabilidad de aumentar el volumen de oferta disponible sin que se disparen los requerimientos de superficie, especialmente sobre aquellas localizadas en países todavía en vías de desarrollo.
Fuente: www.elalmeria.es