Según numerosos estudios, la sociedad mundial se enfrenta a grandes retos en los próximos 50 años, en particular el sector agrícola. La escasez de recursos naturales, la reducción de la tierra de cultivo, – en España hemos pasado de 0,53 Ha/persona cultivable en 1961, a 0,26 en 2014, según el Banco Mundial – y el incremento de la población hasta alcanzar los 8.500 millones de personas en 2030 de acuerdo a la ONU, son sin duda los más relevantes. Esto implica producir más con menos, al mismo tiempo que aumentar los beneficios. Por ello, es necesario optimizar los procesos para lograr la máxima eficiencia: ahora el productor es un empresario que debe buscar herramientas –principalmente tecnología– para lograr dicho objetivo. Además, se espera que en 2020 existan más de 20 millones de dispositivos conectados entre sí, generando a su vez un mercado valorado en 250.000 millones de dólares, que crecerá a un ritmo del 35% anual.
Precisamente en AgridataSummit 2017 se debatieron estos hechos, y se pusieron de manifiesto las distintas tecnologías al alcance del sector agrícola. Se trata de la exitosa segunda edición del Foro de Transformación Digital y Big Data en la Agricultura, celebrado el pasado día 8 de noviembre, y que reunió a todos los agentes involucrados en la revolución digital del sector: cooperativas, universidades, institutos de investigación, entidades públicas y, por supuesto, compañías de servicios tecnológicos, como Bosch, que participó por primera vez en una de las siete mesas redondas de la jornada.
¿Qué puede aportar la tecnología de Bosch?
“La agricultura podrá aumentar su rentabilidad en un 1,5% y lograr una reducción de costes de entre el 3 y el 6% gracias al Internet of Things”, aseguró Estefanía Hernández, responsable de desarrollo de negocio Smart Agro, durante su intervención en la mesa “Tecnología de datos” donde participó junto a representantes de las compañías Bynse, IBM y Carto.
El objetivo de Bosch es lograr una agricultura más sostenible y eficiente mediante soluciones basadas en el IoT, para lo cual dispone de su propia nube de datos (Bosch IoT Cloud), encargada de recoger todas las mediciones y enviarlas a una plataforma, ya sea un ordenador o una App instalada en un smartphone. En palabras de Estefanía, “Un agricultor generará 500.000 datos al día en 2020”, los cuales le ayudarán a llevar a cabo una mejor gestión del cultivo. Los actuales sistemas basados en IoT que Bosch está comercializando cuentan con una función de alarmas autoconfigurables, por lo que si alguno de los parámetros excede el valor indicado, aparece un aviso en su smartphone. Este dato le sirve al agricultor para tomar decisiones y, de este modo, evitar una situación de congelación o sobrecalentamiento del cultivo, la aparición de enfermedades o hacer un uso inadecuado del agua de riego.
Una de estas soluciones es “Deepfield Connect ® – Field Monitoring”, adaptable a cualquier tipo de cultivo: hortalizas, cítricos e incluso viñedos. El sistema se compone de sensores MEMS de Bosch, originalmente desarrollados para la automoción, que miden la temperatura y la humedad del ambiente. También cuenta con una sonda que indica el grado de humedad existente en el sustrato. Los datos se transmiten a una batería que, vía SMS, los manda a la nube de Bosch, donde se calcula un nuevo dato: la temperara de bulbo húmedo de la planta. Todos estos datos pueden visualizarse en una App con distintas funcionalidades, cómo, por ejemplo, compartir datos y configurar las citadas alarmas.
Esta innovadora tecnología de datos ya ha sido adoptada por empresas y asociaciones como Galpagro, una empresa que gestiona miles de hectáreas de olivo, Seneca Green Catalyst, que asesora a productores de diferentes cultivos, y COEXPHAL, la Asociación de Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas de Almería. Todos ellos coinciden en que, con esta simple herramienta es posible mejorar la producción y la calidad de los cultivos, puesto que permite tomar mejores decisiones.