¿Por qué la cláusula de salvaguardia no es una respuesta a la crisis citrícola?
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Desde el sector productor, últimamente el de cítricos, se ha venido pidiendo la aplicación de una cláusula de salvaguardia para frenar las importaciones de países terceros, responsables (sostienen) de los bajos precios percibidos por los productores.
Nadie puede dudar que el aumento de la oferta de países terceros (como la europea y la nacional) tienen un impacto en el mercado. Tampoco se puede negar que la situación de precios al productor es mala y es lógico que desde el sector se esté a la búsqueda de soluciones.
Lo que a mí tampoco me cabe duda es que la cláusula de salvaguardia no es una respuesta útil en las presentes circunstancias.
Desde el momento que se plantea la utilidad de una cláusula de salvaguardia, hasta su hipotético desencadenamiento, se tiene que recorrer un largo camino. La relación causa – efecto entre el aumento de las importaciones y la mala situación de precios tiene que ser establecida de tal manera que se convenza primero el Gobierno español, luego la Dirección General de Agricultura de la Unión Europea, luego los restantes servicios de la Comisión (en particular las Direcciones Generales de Comercio y de Desarrollo) y una mayoría de los restantes Estados miembros suficiente como para que la Comisión pueda aprobar el correspondiente Reglamento de ejecución.
Suponiendo que ha sido posible establecer la relación causa – efecto y que las cosas vayan bien, transcurren varias semanas en las que los importadores pueden realizar todos los tramites de importaciones para dejar en almacén, pero dentro del territorio aduanero comunitario, todos los volúmenes que quieran. Incluso puede ser contraproducente al provocar un sentimiento de pánico entre los importadores provocando un aumento excesivo y desordenado de la oferta que hundiría aún más los precios.
¿Quiere esto decir que el mecanismo de las cláusulas de salvaguardia es inútil en todos los casos? La respuesta es obviamente no. Tengo el honor de haber sido uno de los actores de las únicas cláusulas de salvaguardia que se han aplicado en el campo de la agricultura, con las satsumas y los ajos chinos por ejemplo.
No es un mecanismo sencillo de aplicar pero en el caso de desequilibrios estructurales, una campaña a otra, permiten comprar tiempo que puede, si el sector se organiza eficazmente, permitir reconversiones varietales, mejoras estructurales y organizativas que hagan que al menos una parte del sector pueda tener futuro.