En los últimos años hemos podido ver cómo los fondos de inversión han entrado a formar parte de la cadena de valor del sector hortofrutícola. La pandemia situó a este sector como uno de los más estables y rentables, lo que hizo que todas las miradas fueran hacia él.
En este número hemos querido recabar opiniones sobre los fondos de inversión y, como veréis, hay todo tipo de posturas, pero sí que encontramos ideas comunes que reflejan lo que está sucediendo.
Por el lado positivo, vemos que su llegada pone en valor al sector hortofrutícola, siempre considerado como primario, de precios bajos y de productos estándar de primera necesidad; por fin ha llegado el momento en el que el trabajo realizado por muchas empresas y cooperativas sea visto como un sector profesionalizado y por supuesto con un valor añadido, y esto repercutirá en la sociedad y en los consumidores que aceptarán pagar más por lo que compran. También ayudará a la concentración de la oferta.
Por el lado negativo, está muy claro que los fondos de inversión no tienen su objetivo en la cadena de valor, sino fuera, lo que puede repercutir en la sostenibilidad social y económica de los agricultores, ya que se puede considerar como otro intermediario más y esto perjudicaría a la hora de negociar con las cadenas, incluso hay algunas que no están dispuestas a trabajar con ellos. Esto es solo un breve análisis de la situación. Para conocer más de lo que opina el sector, no dejen de leer las interesantes reflexiones que algunos de los representantes nos dejan en estas páginas.
Quiero dar las gracias a todos los que han colaborado, que no ha sido fácil.