El prestigio del producto español corre peligro (y, por lo tanto, nuestras exportaciones)
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No suele ser bueno que los medios de comunicación europeos se ocupen de nosotros, pero en este caso, es muy malo.
El británico The Guardian titulaba así:
Otro reportaje, poco cariñoso:
https://www.diariodealmeria.es/finanzasyagricultura/Teresa-Rodriguez-explotacion-almeriense-lamenta_0_1459354227.html
El francés “Le Monde”:
Es verdad que no es un problema específicamente español:
Acontece en la recogida de espárragos en Francia y Alemania:
Acontece también en Italia:
Ieri gli arresti per #caporalato nelle ricche vigne del Monferrato, oggi quelli a Foggia. È un continuo. Ecco perché regolarizzare i #braccianti è un atto di umanità. #regolarizzateli https://t.co/04qKDUNSOY
— Fabio Ciconte (@FabioCiconte) May 2, 2020
Pero los que vemos peligrar nuestras ventas en Europa si se extiende entre los consumidores europeos la convicción de que una cosa parecida a la esclavitud del siglo XXI persiste en España, somos nosotros.
Con razón, desde Almería se insiste en que “es curioso que, todos los años, justo al inicio de la campaña local, vuelvan a resurgir (o florecer) los mismos argumentos, no sólo en favor del producto de proximidad sino en contra del modelo de aprovechamiento de la mano de obra inmigrante.”
Y siguen afirmando: “De nuevo la realidad es el mejor argumentario. En Almería, no ha existido carencia de mano de obra durante la pandemia de COVID porque mucha de ella, en su origen inmigrante, lleva años afincada en la zona.”
Por supuesto, siempre habrá personajes siniestros que enturbien la exquisita labor del todo.
https://www.aenverde.es/fake-news-y-trampas-al-solitario-de-los-medios-ingleses
Estas campañas convergen con otras. Vamos a citar aquí dos.
Las primeras son las campañas “consuma producto nacional”, curiosamente también promovidas en nuestro país, con su variante de “consuma producto regional” (no producto local, no producto de temporada sino producto regional), para expulsarnos en nombre del nacionalismo alimentario de sus mercados.
Las segundas se construyen en base a las tomas ilegales de riego que pondrían en peligro tanto el Coto de Doñana como el Mar Menor, por poner solo dos de los ejemplos más recientes.
Mi reflexión aquí no es ni moral, ni ética ni medioambientalista. Es puramente comercial. Las actuaciones de una minoría están poniendo en peligro el trabajo de décadas de una gran mayoría. Son los ”personajes siniestros que enturbien la exquisita labor del todo”, como afirman de nuevo con razón desde Almería.
Estos “personajes” estan aserrando la, hasta ahora potente, rama , construida con el esfuerzo de muchos, sobre la que se ha asentado el desarrollo agrario y global de provincias importantes como Almería y Huelva.
Los primeros, los más interesados en que esto no ocurra son los agricultores del propio sector, seguido por las autoridades locales, regionales y nacionales. El mirar para otro lado, la política del avestruz, nos lleva al desastre.
Lo hemos visto en el Mar Menor. Lo hemos visto con el cambio climático con las Danas. Lo veremos, fíense de este Paranoico que algo sabe del mercado europeo, si el sector (apoyado por nuestras administraciones) no pone cotos a los “personajes siniestros”.