A la hora de encarar el segundo año de embargo ruso, cabe hacer balance del resultado de las primeras medidas, adoptadas hasta ahora. El cuadro siguiente recoge la distribución por Estado miembro de los fondos distribuidos.
Lógicamente, el primer Estado miembro receptor es Polonia, vecino de Rusia y exportador tradicional desde los tiempos del COMECON, el mercado común de los países de la órbita soviética, seguido por España con casi 30 millones de €uros. Luego viene Italia y Grecia. He de confesar que me esperaba a una mayor importancia helénica por los flujos tradicionales de aquel país hacia Rusia, pero seguramente esto refleje la dura competencia que ejerce Turquía en este mercado, desplazando poco a poco a exportadores tradicionales.
Estos datos reflejan el gasto real, de nuevo por debajo de los anuncios políticos y los adelantos presentados por muchas administraciones. El buen lugar de España refleja una buena capacidad organizativa para poder movilizar los fondos europeos disponibles.
Particularmente interesante ha sido la utilización, permitida desde hace años en el reglamento comunitario pero poco utilizada, de la distribución gratuita de productos transformados hasta convertirse en un eje importante de actuación. La nueva iniciativa tomada para hasta 20.000 toneladas de melocotones, nectarinas y paraguayos va en el mismo buen sentido.