El 18 de enero, el WWF publicó un comunicado que me ha inquietado grandemente: WWF rechaza las presiones para amnistiar todas las fincas de la zona fresera de Doñana[1]. Estaría en marcha un intento de amnistía de las fincas agrícolas que deberán ser eliminadas de acuerdo con el Plan de la Corona Forestal.
EL WWF presenta argumentos de peso. Se refiere a “los intereses generales, de los agricultores legales, de la sostenibilidad del sector y del medio ambiente”. Evidentemente, de medio ambiente estos señores saben.
Me gustaría insistir sobre un tema del que me temo no son plenamente consciente los promotores de esta iniciativa. Ya hubo una campaña internacional en contra de la fresa española (es decir en contra de la fresa de Huelva) basada en la sobreexplotación de los acuíferos, la extracción ilegal del agua y los regadíos ilegales. Está campaña se consiguió parar en buena medida porque se asumieron compromisos importantes como eliminar los cultivos ilegales creados después del 2004.
Los productores de Almería saben mejor que nadie el daño que pueden hacer campañas como estas. ¡Con amigos como los promotores de esta posible “amnistía”, no necesitamos enemigos! La competencia en los mercados es feroz, nuestros competidores también. Si les damos argumentos de peso, con fundamento, para alimentar sus estrategias, estaremos tirando piedras contra el tejado de la gran mayoría del sector. El daño comercial puede ser inmenso porque, además de saber de medio ambiente, los amigos de WWF saben de comunicación y están mucho mejor conectados internacionalmente que cualquier grupo de presión agrario.
Son ellos, por ejemplo, que realizaron un ranking de las cadenas de supermercados alemanas, de mayor a menor contenido en residuos de pesticidas en las frutas y hortalizas que venden. Ya no estamos hablando de cantidades de residuos por encima de los límites máximos de residuos (se da por descontado que hay que estar muy por debajo) sino de presencia de residuos y de un número limitado de estos para evitar el efecto coctel. Esta campaña ha cambiado el conjunto del mercado europeo de las frutas y hortalizas.
Sé que estamos en un delicado momento político, que siempre puede ser rentable políticamente a corto plazo recoger la bandera de la discriminación y del maltrato, sobre todo cuando son “los otros” (independientemente de quienes sean “los unos” y quienes sean “los otros”. Pero está mucho en juego, nada menos que el esfuerzo que han realizado desde hace décadas los agricultores de Huelva para construir el milagro de la fresa (y del fresón; y de la frambuesa…). ¡No lo tiremos nosotros mismo por la borda!
[1] http://www.wwf.es/?37860/WWF-rechaza-las-presiones-para-amnistiar-todas-las-fincas-de-la-zona-fresera-de-Doana