El encuentro, motivado por la creciente preocupación social por frenar el desperdicio alimentario en los diferentes puntos de la cadena alimentaria, presentó un rico programa donde destacaron las políticas impulsadas por el parlamento italiano; las estrategias del banco de alimentos de Barcelona y una mesa debate liderada por el sector de la restauración entre otras; y en el que fueron presentados escalofriantes datos como que 1/3 de toda la alimentación mundial no llega a ser consumida, sino que se tira a la basura. Sin duda si todas las empresas a lo largo de la cadena alimentaria aportaran su granito de arena esto no sucedería.
El caso particular de Biosabor con 300 Ha en producción, expuesto a los numerosos asistentes por Ana Molina responsable del departamento de I+D+i nutrición y salud de Biosabor S.A.T., respecto a la gestión de sus residuos y mermas, causó bastante expectación.
Destacando la gestión que la empresa hace de los restos vegetales de sus plantas en los invernaderos, hasta convertirlos en aporte orgánico (humus de lombriz) que se devuelve para enriquecer el suelo de manera ecológica, llegando a ser aproximadamente el 30% de la necesidad nutricional de las plantas
Hasta la segunda línea de negocio que en 2012 inició Biosabor con sus envasados ecológicos de V gama (gazpachos y salmorejos), con un doble provecho:
Primero la utilización de aquel producto fresco de calidad organoléptica y nutricional intacta, con algún defecto estético o de calibre que no permita su venta a grandes cadenas europeas y se transforma en envasado y en segundo lugar su utilización para estudios en el departamento de Nutrición y salud de la empresa, en el que Biosabor S.A.T está a la cabeza apostando por la fusión del sector agroalimentario con el sector sanitario, realizando estudios in-vitro y ensayos clínicos.
A lo largo de toda esta gestión de sus restos alimentarios no se puede olvidar tal y como destacó Ana en este congreso, la labor social que hace Biosabor donando aproximadamente el 2% de su producción a comedores sociales, bancos de alimentos, residencias de la tercera edad, etc., y lo que no se puede aprovechar se dona para alimentación animal.
Toda esta optimización en la gestión de su producción y alineación con la generación de residuo cero, forma parte de la filosofía en Biosabor, de creación de valor compartido y generar riqueza ambiental, económica y social con cada uno de sus grupos de interés y la sociedad en general.