Situación
Las frutas y las verduras son uno de los productos más estratégicos y diferenciadores para las cadenas de supermercados. Aunque los sucesos que han acontecido en los últimos años han trastocado los planes a medio y largo plazo de prácticamente todos los sectores empresariales, creo que, a corto y medio plazo aumentarán la comercialización de productos de temporada y proximidad, muy atractivos por su componente de sostenibilidad y menor precio. En España tenemos la fortuna de poder contar con un amplio espectro de productos nacionales a lo largo de todo el año y poder configurar cestas de frutas y hortalizas para todos los gustos y todos los bolsillos.
La concienciación por parte del consumidor
La salud está en el centro de muchas decisiones de consumo por lo que, continuamente, nos planteamos qué estrategia seguir para contribuir a facilitar elecciones saludables. Aunque la primera es evidente: ampliar el surtido de productos frescos y el lineal de frutas y verduras.
Otras líneas de trabajo que llevan tiempo en marcha son el apoyo al deporte mediante patrocinio porque visibilizar las actividades deportivas estimula el ejercicio físico y las prácticas deportivas, como complemento imprescindible de una dieta sana, y la lucha contra la obesidad infantil.
Espacio en el lineal
Para las cadenas de supermercados, estos productos son cada vez más estratégicos, ya que cada vez tienen más peso dentro de la cesta de nuestros clientes. El porcentaje que supone el producto fresco dentro de la facturación total de la distribución, y en particular, el porcentaje de frutas y hortalizas es creciente de año en año. Además, el espacio destinado a su comercialización también lo es.
Se trata de productos que generan una gran frecuencia de compra. Por lo tanto, si se consigue dar con el surtido – en variedad, calidad y precio – que piden los clientes, las frutas y las hortalizas acaban siendo también elementos de fidelización de las tiendas.
Salud, placer y conveniencia
En un mercado tan competitivo, los frescos son, sin lugar a dudas, una de las áreas donde mayor potencial diferenciador pueden obtener los supermercados. En este sentido, seguimos trabajando con los proveedores alimentarios para afrontar los grandes retos que tenemos por delante y potenciar la producción agroalimentaria, que ofrece nuestro país, sobre la base de las 3 palancas fundamentales del consumo: salud, placer y conveniencia, incorporando y garantizando el cumplimiento de los objetivos de sostenibilidad que los clientes demandan a las cadenas de distribución.
Iniciativas
Propondría dos, por ser concretos. En primer lugar necesitamos una colaboración más estrecha entre todos los eslabones de la cadena. Nosotros tenemos la ventaja de conocer al consumidor y podemos trasladar a productores e industria cuáles son las tendencias de consumo para poder adelantarnos a las demandas. Es fundamental que a un campo cada vez más profesionalizado a la hora de producir se asuma también la inquietud por conocer qué quiere el consumidor.
Por otro lado, en el sector tenemos un desafío singular que afrontar para, si no activar, sí al menos no desactivar el crecimiento de la sección de frutas y hortalizas, que es la regulación de la normativa de residuos y de envases.
Las frutas y hortalizas son cada vez más estratégicas, con más peso dentro de la cesta de la compra
Innovación
La innovación es una capacidad innata de nuestro ADN como seres humanos. Vivimos así un modelo de innovación permanente que se resume en una continua adaptación y respuesta ante una realidad en constante cambio. En ACES creemos que la innovación es un valor único en nuestra sociedad y sólo a través de la colaboración público-privada podremos llegar a un modelo de innovación abierta. Por ello, colaboramos activamente con las administraciones públicas y resto de la cadena alimentaria para generar un marco legal que permita el crecimiento de negocio y la relevancia de los supermercados en la economía de nuestro país.