«No hay posibilidades de que se levante el veto ruso»
Algunos sectores pensaban que la crisis sanitaria mundial iba a llevar a Rusia a levantar el veto para poder proveerse de alimentos con mayor facilidad, sin embargo, esto prácticamente se descarta, por la política de nacionalismo proteccionista que está llevando a cabo este país, con proyectos de autoabastecimiento agrícola.
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El mercado ruso representaba de media unos 312 millones de euros anuales de exportación para el sector agroalimentario español. Desde el veto ruso, hace ya seis años, y según Unió de Uniones, se pierden cada año unos 142 millones de euros en exportación debido al cierre de este mercado. Entre los productos hortofrutícolas más afectados se encuentran los cítricos, la fruta de verano y el caqui.
Más allá de estas pérdidas directas, se han producido otras de forma indirecta, ya que el no contar con este mercado de destino, ha provocado sobreoferta en Europa hundiendo precios y llevando a la falta de rentabilidad y crisis a estos sectores.
Con la crisis del COVID-19, y ante la necesidad de abastecer a la población rusa de alimentos, se percibía cierto atisbo de esperanza con la posibilidad de que se levantara el veto ruso. De hecho, numerosos sectores agrícolas han solicitado esta apertura política. FEPEX, así como diversas asociaciones de frutas y hortalizas de los Estados Miembros, han pedido a la Comisión que impulse las negociaciones para la apertura del mercado ruso, cuyo veto está previsto que concluya el 31 de diciembre de este año. No obstante, la política de fomento de la producción nacional impulsada por las autoridades rusas y el refuerzo de la presencia de otros países proveedores como Turquía o Marruecos, en estos años en los que las producciones europeas han estado ausentes, entre otros factores, hacen prever, según FEPEX, que cuando se abra el mercado ruso, éste no tendrá ni la dimensión ni las características que antes del veto.
En una entrevista a Clara Aguilera, eurodiputada del Parlamento Europeo, declara que no ve posible, de momento, el levantamiento del veto ruso, dada la actitud proteccionista de Rusia: “No hay indicios de que esto se pueda resolver, porque por ejemplo lo que ha hecho Rusia es tomar una medida que perjudica a nuestro sector del vino, y es que está poniendo normativas que perjudican la venta de graneles de vino a Rusia (…)”, explica.
Prueba de ello es que Rusia sigue avanzando en el objetivo de conseguir el autoabastecimiento, declarado por las autoridades rusas en reiteradas ocasiones. De hecho, este año, el Ministerio de Agricultura de Rusia espera una producción récord de hortalizas de invernadero que podría alcanzar al menos 1,25 millones de toneladas, lo que supondría el 9,6% más que en 2019. Este crecimiento se está debiendo a las inversiones hechas en modernización de invernaderos y en la construcción de otros nuevos, según el director de la Unión Nacional de Productores de Frutas y Hortalizas, Mijaíl Glushkov. En los últimos cinco años, en el país se han construido más de 1.100 hectáreas de invernaderos.
Actualmente se cubre la demanda de pepinos en un 90% y de tomates en un 60% que son las dos hortalizas más cultivadas en este país.