Aumenta la incidencia del rugoso y genera incertidumbre entre los agricultores

Elio Sancho

El virus rugoso del tomate mantiene en alerta al sector hortofrutícola español, ya que continúa expandiéndose por el territorio nacional. “Ya se ha extendido por todas las regiones productoras de España y la afección está siendo mayor debido a su amplia dispersión”, explica la responsable de I+D+i de Grupo Hortofrutícola Paloma, Ana Hernández, en representación de Proexport, que añade que es muy difícil calcular los daños por la variabilidad de los síntomas y la distinta afección que produce dependiendo de las diferentes variedades utilizadas. “Estimamos que los daños han aumentado este año, aunque la buena climatología de este invierno ha contrarrestado algo los efectos que el virus está teniendo en los cultivos”, indica.

Hernández señala que el virus se ha generalizado por todo el territorio de la Región de Murcia, aunque la incidencia ha sido desigual gracias a la presencia de variedades resistentes y a que los agricultores han tomado medidas preventivas, lo que ha contenido la afección en las plantaciones.

Los agricultores viven esta situación con gran incertidumbre a la hora de apostar por cultivar tomate, apunta Hernández, ya que “es un virus muy complejo, difícil de controlar y, sobre todo, muy impredecible en cuanto a su comportamiento; por ello los agricultores que tienen otras alternativas sí que están dejando de cultivar tomate, aunque la reducción de la superficie en España esta campaña ha sido mínima”, afirma.

«Proexport reconoce que es un virus

“muy complejo, difícil de controlar y muy impredecible»

Marruecos, más afectada
El virus ya está presente en todos los países competidores. Ana Hernández recuerda que Holanda fue en el primer país europeo donde apareció, pero, actualmente, dispone de muchas variedades resistentes por lo que se están viendo menos afectados que España. Sin embargo, en Marruecos, este año “están teniendo más problemas que la campaña anterior, aunque no conocemos la incidencia real”.
Respecto a la campaña de tomate, insiste en la incertidumbre generalizada, no solo por el virus, sino también “por la presión sobre los precios que hemos tenido durante la campaña de invierno”.