Con un volumen de producción de 120 millones de plántulas, Saliplant es sinónimo de seguridad y buenas prácticas agrícolas. Por lo tanto, es un referente como semillero, pero también quiere serlo como engranaje del sector hortofrutícola en este área de producción. Motivo por el que ha iniciado recientemente una actividad formativa que quiere prolongar en el tiempo. “Queremos instaurar un ciclo anual de jornadas técnicas que llene el vacío de eventos formativos que hay en nuestra zona. Muchas veces los técnicos de Granada tienen que irse hasta Almería, así que vamos a promocionar este tipo de encuentros en nuestra provincia”, explicaba Domingo López, gerente de Saliplant, tras la inauguración en Motril de las I Jornadas Profesionales de Saliplant, dedicadas al cultivo del pepino y su injerto.
Unas 300 personas acudieron a esta cita que contó con dos mesas redondas (una de comercializadoras y otra de casas de semillas), una charla sobre control biológico, a cargo de José Belda, director de I+D de Koppert España, y otra sobre ventajas e inconvenientes en el uso de portainjertos, que ofreció Carmina Gisbert, doctora en Biología por la Universidad Politécnica de Valencia. “El objetivo es tratar un tema de actualidad, que despierte interés, y que el foro sirva de reunión entre agricultores, técnicos y profesionales”, añadía Domingo López.
Ventajas e inconvenientes del injerto
Los responsables técnicos de Agrocastell, El Grupo Castell, La Palma y Grupo La Caña describieron la realidad que encuentran a pie de campo, donde el 30% de las fincas de pepino usan injerto. “Aún hay mucho desconocimiento sobre su utilización”, apuntó Francisco J. Santander, de La Caña. Entre los posibles inconvenientes estaría el coste del injerto, los nuevos manejos culturales que tiene que hacer el productor (distintos abonados y riegos al pepino tradicional) o los diferentes comportamientos del injerto según sea la variedad, la estructura o la fecha de plantación.
Entre las ventajas, quizá la principal, sea la tolerancia a fusarium y nemátodos. “El injerto es una alternativa contra los hongos del suelo y los patógenos que proliferan debido a la reducción de las materias activas que se pueden emplear”, apuntó Alberto Las Heras, del Grupo Castell.
Por tanto, no se trata solamente de elevar la producción, sino de cultivar en suelos agotados o complicados, en los que el injerto se convierte en una solución frente a posibles enfermedades.
Control biológico y semillas
El control biológico y su extensión centró también una de las charlas. La Directiva Europea de Uso Sostenible, las restricciones en fitosanitarios o la exigencia del ‘Residuo Cero’ por parte de la distribución empujan al uso cada vez mayor de insectos para combatir plagas. En pepino su utilización aún no es masiva porque en invierno hay una fase crítica en la que bajan las poblaciones de insectos auxiliares y el productor todavía sigue recurriendo a los fungicidas.
Finalmente, las casas de semillas abordaron las tendencias actuales que hay en las nuevas variedades de pepino. A grandes rasgos el vértice de las resistencias es el prioritario. La triple resistencia a mosaico, al amarilleo y a las venas amarillas, más otras a mildiu, oídio o fusarium. En pepino holandés se busca más productividad y un tamaño de fruto menor.w