Uno de los comportamientos que estamos viendo en los perfiles jóvenes en esta nueva sección es que una vez se acercan al sector, bien por formación o por experiencia profesional, acaban “atrapados” y desarrollándose entre frutas y hortalizas. Cada día es más evidente que el relevo generacional sólo puede venir de un esfuerzo del sector por comunicarse con los jóvenes.
Laura estudió Ingeniería Agronómica en la Universidad Politécnica Madrid y lo tuvo claro desde el principio. Mientras acababa la carrera empezó a hacer prácticas en Kubota, una empresa maquinaria agrícola que supondría su primera experiencia profesional. Posteriormente, y tras un curso de tecnificación de invernaderos, trabajó en Perú en un proyecto de potabilización de agua con la empresa Novedades Agrícolas.
Gracias a esta experiencia profesional decidió especializarse en nuevas tecnologías en el sector agroalimentario con lo que apostó por cursar el Máster Digitalagri de la Universidad de Córdoba y enfocar así su carrera profesional hacia la Transformación Digital de la Agricultura. “Por el contacto directo con empresas, quería ver cómo era la realidad comparada con lo que se estudia en las aulas”, apunta López-Cortijo. El máster, como ella misma comenta, le abrió mucho la mente respecto a la digitalización y le brindó la oportunidad de hacer prácticas en Hispatec, una de las empresas que lideran la transformación digitalización del sector.
A pesar de su experiencia laboral, López-Cortijo era consciente de la oportunidad de acceder a un sector en pleno auge. Empezó a trabajar en Hispatec en pleno confinamiento, con las complicaciones que podrían haber existido, sin embargo, Laura está “muy contenta por formar parte del departamento de I+D+i” donde, tras cuatro meses de prueba, la compañía consideró incorporarla como un activo más del departamento.
Desde la empresa la definen como una chica joven, con talento y mucha capacidad para innovar. Tiene clara la importancia de conocer qué se está cociendo en el sector y qué demandan las nuevas generaciones de profesionales, de igual forma que el propio sector demanda perfiles cada vez más cualificados, no sólo en cuanto a conocimientos agronómicos, sino a conocimientos TIC y empresariales.
Bajo su punto de vista, cada vez hay más gente joven entrando en la agricultura con una nueva visión y ganas de hacer las cosas de manera diferente donde la transformación digital, un elemento transversal, va a refrescar muchas mentes: “la transformación digital será liderada por los llamados nativos digitales, aquellos han nacido con un móvil conectado a internet en la mano” señala Laura.
Respecto al acceso de los jóvenes al sector hortofrutícola, lo tiene claro: “la razón de la desconexión de los jóvenes con la producción agrícola es el reflejo de la propia desconexión entre el mundo rural y el urbano”. Según ella, los jóvenes han crecido en un mundo muy globalizado donde viajar e ir a cualquier destino es muy sencillo, lo que aporta una mentalidad muy abierta, pero por el contrario la agricultura está ligada a un territorio, “creo que lo vemos con la generación previa, con menos posibilidades de viajar y que priorizaban un trabajo duro, seguro y estable”, puntualiza.
Por suerte, considera que ese acercamiento se está viendo favorecido por la transformación digital, haciendo el trabajo más sencillo, fácil y accesible. La pandemia ha ayudado a esta aceleración de la digitalización e Hispatec ha visto aumentar exponencialmente la demanda de servicios que ofrecen para los productores y comercializadores.
Para finalizar, preguntamos a López-Cortijo por las tareas pendientes del sector donde los jóvenes podrían tener más influencia, a lo que responde de manera decidida aludiendo a la sostenibilidad. “Todavía queda mucho por hacer en este aspecto. El sector tiene que ser más consciente de que la agricultura, como cualquier actividad, deja huella y debe seguir trabajando por la sostenibilidad no sólo económica, sino también social y medioambiental”, finaliza.
Sin duda, Laura sabe y apunta hacia dónde debe dirigirse el sector con apenas 26 años. Ella es el claro ejemplo de que el sector agroalimentario es puntero en tecnología, incorpora a jóvenes y apuesta por la alta cualificación de sus trabajadores.