La experiencia es un grado y cuando se trata de frutas y hortalizas ecológicas, mucho más. El control y seguimiento de los cultivos han de ser muy exhaustivos desde el campo hasta su llegada a la mesa del consumidor y cualquier paso en falso puede romper la confianza de este último, acabando con el crecimiento del consumo de alimentos bio.
“Nos preocupa la llegada de grandes empresas de convencional que se han visto obligadas a introducirse en este sector por la demanda de sus clientes y han desvirtuado el mercado con unos precios muy agresivos”, nos comenta David Caparrós, gerente de Balcón de Níjar, quien insiste en que este tipo de producciones necesitan, además, mayores controles para evitar problemas que “arruinen su imagen”. Unos controles más complicados en esas grandes compañías que en otras más pequeñas y centradas al 100% en el ecológico.
Frente a quienes acaban de llegar al sector, defiende el papel de empresas especializadas como Balcón de Níjar, con agricultores con más de 15 años de experiencia en la producción de tomate cherry ecológico. La campaña pasada, comercializaron 3.200 Tn de cherry redondo, pera y rama en mercados como Alemania, Holanda, Francia, Reino Unido o los países nórdicos, a los que abastecen los 12 meses del año. De momento, Caparrós afirma que sus clientes valoran esa especialización, sin embargo, con el tiempo, el factor precio puede llegar a ser determinante, restándoles competitividad.
Mientras tanto, siguen confiando en la diferenciación que les otorga, además de esa experiencia, su compromiso con la sostenibilidad. Así, a nivel productivo, optimizan al máximo el uso del agua con la aplicación de la última tecnología en riego por goteo y la recogida de pluviales. Asimismo, cuentan con varias torres solares que aportan el 80% del consumo energético de sus fincas y el 50% de sus instalaciones de manipulado.
Por otro lado, y pese al revuelo generado por iniciativas como #DesnudaLaFruta, en Balcón de Níjar hace años que empezaron a dar prioridad al cartón frente la plástico y, de hecho, el 90% de sus confecciones se hacen en este material. Pero no se conforman con eso: “Hay clientes con los que ya trabajamos un tipo de flow biodegradable, aunque estamos seguros de que el siguiente paso será la vuelta al granel”.
Más mercado para el cherry pera
Su mejor sabor le está haciendo ganarse el beneplácito de los consumidores, que lo prefieren frente al cherry redondo, tipología mayoritaria pero que acusa la falta de variedades que realmente combinen un buen sabor y vida postcosecha.