En 2019, la empresa cordobesa Eurosemillas, especializada en la obtención varietal y producción de semillas, cumplió 50 años en el mercado, liderada por Juan Cano, quien a sus 80 años sigue presidiendo y trabajando con la misma pasión e intuición que le hizo importar en 1972 los primeros dos híbridos de girasol a España. Hoy día, en una dirección que conforman diferentes perfiles profesionales, destaca la figura de Javier Cano, uno de los impulsores del éxito mundial de la mandarina sin semillas Tango y de la variedad de fresa Camarosa, que transformó el mercado mundial de la fresa y el valor propiedad intelectual.
Para entender la influencia de Javier Cano comenzaremos por sus orígenes. Nacido también en Córdoba, el quinto de nueve hermanos, es licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Navarra, master en Alta Dirección de empresa por el Instituto Internacional San Telmo, del cual es hoy miembro del Consejo Asesor Internacional, que preside Peter Brabeck, presidente honorifico de Nestlé.
Terminando la universidad, inicia su carrera profesional en la empresa Surcotton, del grupo Eurosemillas, para luego viajar hasta Argentina, donde con el algodón y posteriormente la fresa también en Chile, comienza un periplo profesional muy marcado por los constantes viajes por todo el mundo. “Viajar es abrir mi mente y la capacidad de adaptación, no se pueden aplicar las mismas fórmulas de éxito a diferentes contextos”, añade Javier Cano, quien tras esa estancia en Sudamérica se incorpora al equipo de desarrollo de variedades vegetales de Eurosemillas.
Una de las claves del éxito de la firma cordobesa ha sido la combinación de una empresa de origen familiar con unos socios externos que le han permitido ser muy exigentes con su trabajo y profesionalizar algunos aspectos. Para Javier Cano, muy interesado en la tecnología y que, de no haber elegido la rama de la agricultura, podría estar desarrollando aplicaciones en Silicon Valley, sigue muy de cerca los modelos de negocio de Apple o Microsoft por el paralelismo que tienen con su empresa: “Me identifico más con el modelo de negocio de Bill Gates por su accesibilidad a todos los usuarios y compartir su tecnología, muy parecido a nuestro modelo de propiedad intelectual. Nuestra misión es aportar nuestro granito de arena al desarrollo agrario, que sea muy accesible a cualquier agricultor del mundo.”
Nos habla de su gran referente, como no podía ser de otra manera, que es Juan Cano, su padre y fundador de la empresa, del que destaca su compromiso personal y el valor compartido, “es un ejemplo para todos los que trabajamos en Eurosemillas, porque mantiene la exigencia, el esfuerzo y el espíritu innovador”. Se pone como objetivo mantener esos valores dentro de 25 años, “las segundas generaciones debemos conseguir que ese espíritu continúe porque es lo que nos ha traído hasta aquí, y también seguir siendo rentables”.
Una de las actuales señas de identidad de Eurosemillas es su mandarina sin semillas Tango, pero ¿cómo se inicia un proyecto de tal envergadura? Javier Cano no lo duda: “Teniendo muy definido nuestro modelo de negocio, y soñando”. Un soñar que define como el ir alcanzando etapas y seguir creciendo, cuestionándose cómo hacerlo mejor, rodeándose de los mejores partners, y así paso a paso.
Tan importante es para Cano la innovación como la empatía en los negocios, cualidad que valora enormemente a la hora de trabajar con clientes, “no busco un intercambio de dinero, sino una relación a largo plazo que implique una cercanía y una amistad que confluya en el beneficio mutuo”. Tras más de 28 años en el sector, entiende el fracaso como no seguir intentándolo, algo que para él y su equipo no cabe en el día a día, “si se falla, cerramos los ojos un instante, apretamos el trasero y se sigue luchando”.
