Es obligado preguntarle cuáles son los objetivos con los que inicia su andadura profesional en Mercamadrid.
Se resumen en una sola frase: hacer que merezca la pena pasar por aquí, a compradores y vendedores. Es decir, poner al servicio de usuarios e inquilinos una serie de instrumentos que les permitan ser eficientes en su trabajo. Para ello, entre otras muchas cuestiones, tenemos que lograr que el acceso al polígono sea rápido, que la movilidad dentro de este recinto no sea un problema ni en los viales ni en el interior de las naves, garantizar un entorno de trabajo seguro, abaratar algunos input como la energía, garantizar servicios complementarios que faciliten las operaciones diarias de todos los que acuden a este mercado… Pero para llevar a cabo todo esto necesitamos la complicidad de los propios mayoristas.
¿A qué se refiere exactamente?
Contamos con un reglamento interno de funcionamiento, con instrumentos que nos permiten sancionar acciones que mejorarían aspectos como la movilidad, o evitarían la venta ilegal, que aunque puntual, es cierto que se da. Me refiero al derecho de admisión, sin embargo cuando lo hemos aplicado, tras varios avisos a los infractores, han sido muchas veces los propios mayoristas los que nos han recriminado impedir la entrada a esos clientes. Repito, debe haber complicidad entre todos.
El cambio de horario es una reclamación histórica, ¿está entre sus objetivos abordar esta cuestión?
Efectivamente. Es algo que tenemos que estudiar, pero debemos abordarla no sólo como una medida para mejorar las condiciones laborales y competitivas de las empresas aquí ubicadas, sino pensando también en atraer a más clientes, especialmente al canal Horeca, a quienes una amplitud de la franja horaria les facilitaría abastecerse en este mercado.
Muchos de los mayoristas con los que hemos hablado nos apuntan un estancamiento en las ventas de frutas y hortalizas. ¿De qué datos disponen ustedes?
Con las estadísticas en la mano podemos rebatir esta afirmación. En 2013, en los últimos 7 meses se registró un crecimiento constante en los volúmenes de ventas, lo que nos hace pensar que estamos ante un claro cambio de tendencias. Es cierto que un grupo importante de la cadena de valor, la gran distribución, está acudiendo cada vez más a origen, pero el nuevo ritmo de la sociedad está permitiendo que pequeñas fruterías y mercados de abastos ganen cuota de mercado. El consumidor es cada vez más exigente, no está dispuesto a que se especule con la seguridad alimentaria, ni con la higiene, vivimos en una sociedad donde predomina la 3ª edad, y no tiene medios para desplazarse a la periferia a los grandes centros de distribución, por lo que acude a su tienda de barrio para abastecerse. Y es ahí donde los mayoristas desde Mercamadrid tiene una gran oportunidad, porque además en este negocio lo que mejor funciona es el boca a boca. ¿Qué mejor publicidad que un minorista diga que le va bien porque sus productos son exquisitos y los compra en Mercamadrid?
¿Y están preparados para atender esas exigencias del consumidor?
Hay empresas que sí han sabido ver esos cambios en el cliente final y otras que están más ancladas en el pasado. Pero todas deben tener claro una cuestión y es que formamos parte de una cadena de valor, y quien no sea capaz de aportarlo quedará expulsado automáticamente. Y desde Mercamadrid podemos ayudarles a darle valor con servicios y prestaciones que les permitan ofrecer seguridad alimentaria, higiene e innovación a un coste competitivo.
Finalizamos esta entrevista con la sensación de que algo está cambiando en Mercamadrid, está abierta a sus usuarios, dispuesta a acometer cuantos cambios sean necesarios. Reconocen que habría que hacer una mayor labor de comunicación, externa e interna, y están dispuestos a trabajar en ello. En definitiva, ofrecer un servicio público que como tal debe venir a traer rentabilidad a unos mayoristas ávidos de ella.