Los acolchados biodegradables en suelo, los más rentables. NOVAMONT
El uso de los acolchados es una técnica cada vez más frecuente en el sector agrícola, principalmente en las grandes extensiones. El acolchado con bioplástico biodegradable en suelo disminuye los costes respecto a otros materiales.
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El acolchado es una técnica de cubierta y protección de los suelos que ayuda a aumentar la productividad del cultivo: propicia un ligero aumento de la temperatura del suelo, facilita el ahorro de agua (regula la evaporación directa), permite un control de hierbas adventicias y protege el cultivo de la aparición de insectos no deseados. Incluso en algunos cultivos, reduce la aparición de problemas en el fruto, ya que no hay contacto directo con el suelo. Tradicionalmente, en huertas pequeñas y jardinería se han usado productos orgánicos como la pinocha, la paja, el serrín o los inorgánicos como el picón, la grava o piedra de río para hacer acolchados, pero en grandes extensiones agrícolas lo habitual es el film de polietileno de baja densidad (LDPE), que es de origen fósil y no biodegradable.
Este material comporta problemas añadidos, tal como se comprueba en el siguiente estudio realizado en Tenerife. Por iniciativa del Área de Agricultura, Ganadería y Pesca del Cabildo Insular de Tenerife, se publicó el pasado mes de diciembre de 2022 el “Ensayo de materiales biodegradables para acolchado en cultivo de calabazas”, a cargo de Belarmino Santos, Luisa B. Trujillo y Santiago D. Perera, del Servicio Técnico de Agricultura y Desarrollo Rural del Cabildo Insular. El estudio se llevó a cabo entre los meses de enero y agosto de 2022 en una parcela al aire libre de 18.400 m² situada en el municipio de Arico, en la isla de Tenerife.
Consistió en evaluar el comportamiento productivo de un cultivo de calabaza al aire libre con cinco materiales de diferentes acolchados disponibles en Tenerife en enero de 2022, dos a base de bioplástico negro biodegradable (certificados biodegradables en suelo de acuerdo con la UNE EN 17033) y dos de papel negro, y se compararon con el film de polietileno habitualmente utilizado. En la prueba se comparó también un cultivo sin acolchado. Se usó para todos los tratamientos la misma plantación de calabaza tipo “Largo de Nápoles”, que es alargada y de carne anaranjada.
La planta se trasplantó a un marco de presentación de 1 metro entre plantas y 3 metros entre filas. Se utilizó un sistema de riego localizado con 2 laterales por línea con emisores de 2 l/h separados cada 40 cm. Los materiales se colocaron en marzo de 2022 de forma manual, salvo el de polietileno, que se usó mecanización.
Los films agrícolas en Mater-Bi® ofrecen el mejor rendimiento y biodegradación en todo tipo de suelos
Conclusiones
El estudio concluye que el uso de los acolchados supone una mejora en la producción y una disminución de los costes, teniendo en cuenta que se ahorra en los deshierbados manuales, respecto a la parcela sin acolchado.
Referente a la producción comercial, no se observaron diferencias significativas entre el uso de materiales biodegradables y el polietileno. En principio, el uso de biodegradables es perfectamente viable desde el punto de vista productivo.
La principal diferencia son los costes según los materiales usados. Cabe destacar que el uso de materiales biodegradables evita gastos por las labores de retirada, transporte y gestión de los residuos frente a los de polietileno. En la tabla inferior izquierda se observan las diferencias en los costes:
Por un lado, vemos que un acolchado de bioplástico biodegradable en suelo cuesta la mitad respecto a un acolchado de papel, que también es el doble de caro que el de LDPE.
Por el otro lado, vemos que, aunque los bioplásticos biodegradables en suelo tienen un coste ligeramente superior de compra respecto al polietileno (16% más), al tener este último el gasto suplementario de retirada, transporte y gestión de residuos al final del cultivo, los costes totales del uso de los dos acolchados biodegradables en suelo son los más económicos y ventajosos de los materiales probados.
En Novamont apuestan por una agricultura sostenible poniendo énfasis en la promoción de buenas prácticas en la gestión del suelo. Este no es el único estudio comparativo que se ha realizado, pero sí uno de los más recientes en el que, una vez más, se demuestra que, gracias a más de 20 años de experiencia, los films agrícolas en Mater-Bi ofrecen el mejor rendimiento y biodegradación en todo tipo de suelos. El resultado que se obtiene es una solución más sostenible y eficiente que elimina el impacto ambiental y los gastos asociados a la gestión de estos residuos contaminantes.
Beneficios de los bioplásticos biodegradables en suelo:
- Mantienen su integridad durante el periodo necesario para un ciclo de cultivo.
- Es más resistente a los efectos climáticos que el papel.
- Está preparado para colocarse con las mismas máquinas acolchadoras que los convencionales.
- El comportamiento de producción es similar al del LDPE, tanto en tamaño como en cantidad de producción.
- Al cabo de dos meses al finalizar el cultivo no se observa presencia alguna de residuo de materiales biodegradables.
- Evitan los costes asociados de coste de retirada, transporte y gestión de residuos, lo que representa un ahorro respecto a los de LDPE, que sí comportan estos costes.
- El coste de compra del bioplástico biodegradable en suelo es un 45% más económico que el papel.
- Tras el cultivo, los restos de material biodegradable no presentan problemas en el proceso de preparación del terreno y evitan la generación y acumulación accidental en el suelo de microplásticos persistentes en el medio ambiente.