La importancia de contar con raíces más sanas y fuertes. FRUTAS ESTHER. SYMBORG
De la mano de Frutas Esther, conocemos las ventajas que aporta el bioestimulante MycoGrowth de la firma Symborg.
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Si bien hace unos años la fresa se limitaba a un cultivo prácticamente de primavera, hoy es posible encontrar en los mercados esta fruta desde diciembre hasta junio. Para atender esta exigencia de los mercados, es vital disponer de plantas fuertes y robustas. Es imprescindible, por tanto, contar con una buena raíz. De entre todos los bioestimulantes existentes en el mercado, el de Symborg, MycoGrowth, destaca por la sustancial mejora del sistema radicular de la planta, no solo en fresa, sino también en el resto de berries.
El hongo formador de micorrizas, ‘Glomus iranicum var. tenuihypharum’, componente activo de MycoGrowth, produce una micorrización efectiva del sistema radicular que provoca un mayor crecimiento radicular y un mayor volumen de suelo explorado. “Esto trae consigo una mejora en la eficiencia en la absorción de agua, nutrientes y una mayor actividad fisiológica, aumentando el rendimiento de los cultivos y la calidad de los frutos”, explica Francisco Javier Pagán, asesor técnico de Symborg para España y Portugal.
Se trata de un hongo patentado por Symborg con un gran valor diferencial: genera un elevado volumen de micelio lo que favorece que se explore más cantidad de suelo; el hongo esporula fuera del sistema radicular por lo que la cantidad de energía que gasta la planta en esa fase es muy inferior; y tolera cualquier protocolo de fertilización permitiendo al agricultor continuar con su manejo habitual de cultivo. La aplicación de Mycogrowth se realiza a través del sistema de riego, y el número de las mismas depende del cultivo, pero sobre todo del propio agricultor.
Caso de éxito
Para comprobar sus beneficios nos trasladamos a Cartaya para visitar los campos de Frutas Esther. Junto a José Gómez, su director técnico, charlamos sobre las ventajas de usar Mycogrowth. En Frutas Esther realizan tres aplicaciones, la primera, transcurrido un mes desde la plantación; la segunda a finales de enero, y la tercera los últimos días de febrero o a principios de marzo. “Es una inversión, un seguro de vida de la planta, ya que nos permite llegar hasta junio con fruta de calidad”, nos explica Gómez. Incluso están realizando una aplicación en viveros de altura, lo que les asegura una planta más vigorosa con menor mortandad tras la plantación en bajura.
José Gómez también nos detalla como ganan en consistencia de fruta, e incluso obtienen una producción más elevada (entre un 8-10%), lo que se traduce en un mayor rendimiento económico.
En cuanto a su efectividad en otras berries, Matías Herrero, técnico comercial de Agrofresas, distribuidor de Symborg en Huelva, nos confirma que si bien hace unos años su uso en Huelva se limitaba a la fresa, hoy está creciendo la demanda para frambuesa, moras y arándanos, al haber quedado demostrada su efectividad también en esos cultivos.