La cereza española espera una buena cosecha, a merced del clima y con unos costes disparados

Las previsiones para la actual cosecha de cereza en España apuntan a una buena campaña en volumen, pues el tiempo ha acompañado y la floración está siendo la adecuada, aunque se ha retrasado un poco. Esta circunstancia beneficiará al Valle del Jerte, que comienza primero la recolección y percibe esos precios más altos que se pagan al inicio de la campaña.

Desde la Denominación de Origen Protegida Cereza del Jerte prevén que la cosecha de este año será buena, “si nada cambia. “Por clima, horas de frío y de luz que hemos registrado, todo indica que vamos a tener una buena cosecha”, explica Fátima López-Santamaría, directora técnica de la DOP Cereza del Jerte, que recuerda que se ven beneficiados “por el microclima del valle”.

La cosecha se redujo un 24% en 2022

El año pasado, en términos generales, la cosecha de cereza cayó un 24% en España, uniéndose así al pésimo comportamiento que registró la campaña de fruta de hueso, en general. Este descenso se debe a las pérdidas ocasionadas por la climatología adversa de abril y mayo en Aragón y la Comunidad Valenciana, con fuertes lluvias, heladas e, incluso, granizadas. Como ejemplo, la Denominación de Origen Cerezas Montaña de Alicante, donde cultivan 1.600 hectáreas, cifra en 7 millones de euros las pérdidas de la campaña pasada.

Los costes de producción se han disparado desde 2021 entre un 30% y un 50% por el incremento del precio de la electricidad, los carburantes y los insumos: fertilizantes, fosfatados y fitosanitarios. Además, han aumentado los correspondientes a la mano de obra, esenciales para la recolección. En el Valle del Jerte, la mano de obra es especialmente necesaria al recogerse todo manualmente, aunque en su caso, ese sobrecoste se compensa en un mejor precio de venta, señalan desde la DOP Cereza del Jerte.

La producción de cereza en España ha anotado una evolución de ‘dientes de sierra’ en los últimos años: 2016, 100.500 toneladas; 2017 (114.400); 2018 (107.000); 2019 (119.000); 2020 (83.000); 2021 (127.000) y 2022 (94.700). Una ‘montaña rusa’ que se ha trasladado a los precios. En 2022, ha rozado los 1,8 euros / kilo, un 7% más. Esta inflación ha reducido drásticamente el consumo de cereza durante la pasada campaña, situándose muy por debajo de la media de los últimos cinco años.

Comercio exterior

Las exportaciones de fruta de hueso cayeron un 28% en 2022 (enero a julio, últimos datos disponibles), siendo la cereza la que peor se comportó, con un descenso del 40% en volumen, lo que supuso una merma de ingresos del 28%. España sigue siendo el principal proveedor de cereza de la UE y Reino Unido, por delante de sus competidores (Turquía, Chile y Grecia), aunque estos están ganando terreno, sobre todo, la cereza turca, que en 2022 se acercó a las cifras de exportación españolas en cuanto a valor, aunque Turquía y Chile no comparten calendario productivo. El precio de la cereza española exportada ha alcanzado los 3,7 euros / kilo, el doble que el obtenido en el mercado nacional.
En el caso de la picota, no tiene competencia, al producirse exclusivamente en el Valle del Jerte, y se comercializa al 50% entre el mercado nacional y Reino Unido.

Retos

Entre los principales retos del sector destaca la necesidad de reducir las pérdidas poscosecha alargando la vida útil de la cereza, pudiendo ampliar la ventana de recolección, es decir, el momento idóneo de su recogida para que llegue al consumidor en buen estado. También se trabaja en mejoras varietales para aumentar la resistencia al estrés hídrico y a las temperaturas extremas, así como para mejorar el calibre, el rendimiento, el sabor, el color y la firmeza. En cuanto a la picota, se viene trabajando en las técnicas de poda para mejorar la recogida y aumentar el calibre.