“Esto no ha hecho más que empezar”. A DEBATE
Se calcula que La Palma, hasta final de año, habrá perdido un 50% de su producción de plátano como consecuencia del volcán en una isla que representa el 35% del plátano canario. Esta menor oferta y la inevitable subida del precio del producto provocarán un desvío de consumidores hacia la banana, que será difícil recuperar una vez se vuelvan a alcanzar los volúmenes habituales, por lo que el sector va a cambiar radicalmente en un corto periodo de tiempo, como sostienen en esta mesa de debate protagonizada por expertos del sector de las compañías Europlátano, Coplaca y Consum.
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PARTICIPANTES:
Francisco Javier González Palenzuela, director general de Coplaca.
Antonio Javier Luis Brito, director gerente de Europlátano.
Jesús Antonio García Herráiz, ejecutivo de Compras de Frutas y Verduras de Consum.
Para que nos hagamos una idea de la capacidad productiva de la isla de La Palma, en Canarias se producen anualmente unos 430 millones de kg de plátano, de los que 145 procedían de La Palma y, más de la mitad, 80 millones, se encontraban en la zona oeste de la isla, donde se produjo la erupción del volcán.
Sus efectos devastaron la principal zona productora isleña, sepultando, aislando y dificultando el acceso a riego de unas 500 hectáreas. Además, en estos meses, se complica más aún la situación, ya que, de mayo a septiembre, se concentra el pico de producción del plátano de La Palma, siendo predominante en Canarias para estas fechas. Por lo que nos encontraremos, inevitablemente, ante una escasez de género que sus productores gestionarán de la mejor manera posible con sus clientes. Es el momento de redoblar esfuerzos para sacar adelante las fincas aisladas, de la mano de la Administración y con ayuda de financiación, invirtiendo y recuperando producciones ante una segunda parte del año más compleja si cabe.
“Nos encantaría retroceder al 18 de septiembre de 2021 y que nada de esto hubiera sucedido, aun enfrentándonos a la situación de bajos precios y otras dificultades que teníamos entonces”. Este era el sentir de la mesa de debate celebrada el pasado 12 de mayo en la sede de la Asociación ‘5 al Día’ en Madrid con Francisco Javier González Palenzuela, director general de Coplaca; Antonio Javier Luis Brito, director gerente de Europlátano; y Jesús Antonio García Herráiz, ejecutivo de Compras de Frutas y Verduras de Consum; y moderada por nuestra directora, Amalia del Río.
DESAFÍOS MÁS INMEDIATOS
¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrentan con la crisis del plátano tras la erupción del volcán?
J. A. García: Hay dos aspectos que, evidentemente, a la distribución, nos preocupan en esta situación. Por un lado, garantizar el suministro a los clientes, teniendo en cuenta que estamos hablando de un producto que es referente, especialmente para nosotros por nuestra apuesta por el producto nacional. Por otro, nos preocupa mantener nuestro estándar de calidad. Pese a la situación complicada, el compromiso con nuestros proveedores es tal que los volúmenes se han mantenido. Por tanto, no podemos decir que hemos tenido problemas de suministro y tampoco de calidad.
En esta línea, animo a seguir manteniendo ese estándar de calidad y no desviarse ni introducir en el mercado segundas categorías, ya que el cliente no lo entendería y podría pasar factura en el futuro. Creo que, mientras se mantenga la calidad, el consumidor está dispuesto a comprarlo. Es cierto que algún cliente se ha desviado a la banana, pero en menor medida. También lo es que estos altos precios pueden hacer que se modere el consumo. Pero mantener esa calidad avala todo lo demás.
A. Brito: Como empresa productora y con una implantación muy fuerte en La Palma, nuestro principal desafío de este año es recuperar todas aquellas fincas que se han visto afectadas por el volcán, en riego y en aislamiento; son fincas que no han sido sepultadas por la lava y en las que estamos poniendo todos los medios para que estén todas sembradas, funcionando y regándose, con lo cual dependemos también de las administraciones públicas y comunidades de riego. Hasta ahora nadie se había imaginado la repercusión del volcán de La Palma. Y este que estamos viviendo es el peor momento porque de abril a agosto es cuando más pesa el porcentaje de La Palma, y al bajar la producción de Tenerife y Gran Canaria, y entrar La Palma, nos encontramos en escasez. Afrontar esta situación se antoja muy complejo.
J. González: Con el volcán, llueve un poco sobre mojado, porque hay que recordar que venimos de una pandemia que afectó al sector, además de que en agosto de 2021 tuvimos una ola de calor en la que alcanzamos casi 50 grados, se quemaron fincas y se perdió mucha producción. Y justo después, llegó el volcán. Ha sido un cúmulo de circunstancias que han llevado al sector, y en concreto a la isla de La Palma, a una situación muy complicada. Es verdad que veníamos de unos años muy buenos con unas producciones muy elevadas, casi 430 millones de kg. Y, aunque no se puede cuantificar, creo que las pérdidas rondarán los 50 millones de kg de plátano. Y para más Inri, ahora es su época de producción fuerte y nos encontramos esa cantidad de fruta que falta, mientras tenemos un mercado que abastecer. En el caso de Coplaca, habremos perdido aproximadamente sobre 160 hectáreas de producción, unos 12 millones de kg de plátano. La suerte es que tenemos presencia en otros sitios para poder suplirla.
¿Qué consecuencias podría traer esta situación?
A. Brito: En el caso de Coplaca y Europlátano, somos empresas muy similares, que intentamos cumplir los compromisos con los clientes. Y en estos momentos no vamos a aquellos que más pagan, sino con los que tenemos un compromiso, incluso incurriendo, aunque parezca mentira, en pérdidas importantes, considerándolas más bien inversiones de cara al futuro. No solo la falta de producto, sino también la subida del precio, harán que el consumo disminuya. En un momento económico tan complejo para el consumidor como el actual, con un aumento de subida de energía, del combustible, gastos, IPC, diferencial del PVP del plátano con la banana, la gente apostará por esta última, que va a ganar cuota de mercado. Y cuando regrese todo el volumen de plátano de Canarias, vamos a sufrir mucho porque si queremos recuperarle cuota a la banana sabemos que tenemos que acercarnos a su PVP, algo complejo y, más aún, sabiendo los costes que está asumiendo la agricultura europea. En Canarias, tanto en el campo como en el empaquetado, en los últimos seis meses, hemos subido los costes de producción un 30%. Entonces será difícil recuperar el precio anterior del plátano.
J. A. García: Efectivamente, el temor que tenemos nosotros es perder clientes y que se desvíen a otro producto. La inflación no va a ayudar y la situación económica, tampoco. Por ello, ni en origen ni la mayoría de la distribución estamos aplicando los sobrecostes en el precio final. El cliente concibe que la fruta debe ser barata y es uno de los productos que menos inflación está experimentando. Ahora es el momento de apoyar el producto nacional y no de desviar consumo hacia la banana, como están haciendo otras cadenas, con promociones.
J. González: Nuestro principal objetivo ahora es la recuperación de todos esos terrenos, dentro de lo posible. Igual a partir de noviembre del año que viene hemos podido recuperar algo de esa producción que no tiene acceso a riego. Respecto a lo que está sepultado, es mucho más complicado, es a largo recorrido y no sabemos si se podrá recuperar. Hay muchos agricultores mayores, de unos 70 años, que tendrían que hacer una inversión muy fuerte y no creo que continúen.
¿Cómo gestionan esa presión de no poder repercutir la subida de costes?
J. González: Vivimos con unos márgenes muy ajustados. El hecho de que nos suba el transporte marítimo de Canarias a la Península o las cajas de cartón, nos obliga a tener que repercutirlo, pero es difícil porque vivimos en un mundo muy competitivo y la fruta tiene muchos orígenes. Tenemos que estar 52 semanas al año y a veces nos toca ganar un poco menos. Al final, el objetivo es que esos incrementos se hayan podido repercutir a lo largo de todo el año.
A. Brito: El sector, conforme va pasando el año, está haciendo un esfuerzo por ser competitivo, por reinventarse, por intentar asumir parte de esas subidas de costes de forma eficiente, pero evidentemente llega un momento en que es difícil y los precios tienen que subir. Pero ahí nuestro principal problema es la banana. Es imposible competir con los salarios de cualquier país productor de banana. Por ello, la UE debería tomar medidas proteccionistas, porque somos un sector estratégico, y dentro de nuestras fronteras debemos ser capaces de producir la alimentación básica.
CAMBIOS EN LA COMERCIALIZACIÓN
El gran consumo ha sido arrollado por el COVID-19, con nuevas reglas y el volcán. ¿Cómo ha afectado a nivel comercial?
J. A. García: Nosotros hemos seguido con nuestro modelo actual, muy consolidado, en el que trabajamos un producto nacional que intentamos potenciar. El consumidor ya no hace esa compra impulsiva que hacía en la situación de COVID, es más reflexivo. De hecho, la marca del distribuidor está cogiendo fuerza. Son marcas consolidadas por ofrecer una calidad garantizada, pero también porque se está mirando el precio, el factor ahorro está empezando a pesar en la cesta de la compra. La previsión es que, a final de año, esta desviación hacia productos de marca propia será mayor.
A. Brito: Creo, como dice Jesús Antonio, que el cliente mira el precio en estos momentos. Es verdad que si el producto reúne la calidad que demanda el consumidor va a ser más propenso a soportar una subida de precio. También creo que tenemos que hacer un esfuerzo en toda la cadena para comunicar que la fruta fresca no es cara y darle valor, especialmente frente a otros productos menos sanos y que se asignan nuestras propiedades, como son los lácteos.
En definitiva, si mantenemos la calidad, seremos capaces de mantener también mejores precios y, evidentemente, dar mayor valor a la fruta. Porque el salto que vemos de subida de sobrecostes y volcán nos va a colocar en 2023 en una situación muy crítica de rentabilidad para el sector.
J. González: Con toda esta situación se ha demostrado que contamos con un cliente fiel, que ha sido muy comprensivo y solidario con el plátano de Canarias. También las cadenas se han volcado en su mayoría, aunque todo tiene un límite, y es comprensible. No tenemos queja porque hemos sido bien atendidos.
El volcán ha traído mejores precios y una mayor visibilidad del sector. ¿Compensa?
J. González: Es cierto que el consumidor siempre ha apostado por el Plátano de Canarias, pero con la situación del volcán se ha visto más reforzado, porque contamos con un cliente fiel. Pero la palabra “compensar” a un agricultor que lo ha perdido todo no procede. De hecho, cambiaría todo lo que hay ahora mismo por volver al 18 de septiembre de 2021, aunque tuviésemos malos precios. Además, lo que predomina ahora es mucha incertidumbre. Las administraciones prometen y el tiempo va pasando, dentro de poco va a hacer un año de esta situación y pedimos mayor agilidad para poder recuperar las fincas que están aisladas lo antes posible.
A. Brito: Depende de a quién le preguntes. Si le preguntas a mi hermano que tiene su finca debajo de la lava, pues no; y si le preguntas al que lleva el marketing de Plátano de Canarias y mide su notoriedad, es impresionante. Entonces, hay que analizarlo en conjunto. Pero, sin duda, todos volveríamos a la fecha anterior a la erupción del volcán. Las administraciones han actuado bien, pero ahora se está enfriando y el sector necesita financiación. Esto no ha hecho más que empezar. Hay que redoblar esfuerzos, el productor tiene que recuperar y sembrar esas fincas, una inversión, levantar un invernadero…
J.A. García: Hubo un repunte del consumo cuando estalló el volcán, y es una pena no haber podido suministrar más plátano. De ahí el riesgo de que el consumidor opte por la banana, además de por el diferencial de precio, porque esta situación de precio elevado no es buena para nadie, ni para la cadena, ni para los productores.
A los productores de plátano de Canarias les queda por delante un arduo trabajo para poder recuperarse de la situación actual. Sin embargo, es esperanzador ver el apoyo que están teniendo a nivel global, también por parte de determinadas cadenas, lo cual, sin duda, les ayudará a afrontar esta situación lo antes posible. “Es preciso respetar los acuerdos y ajustar los sobrecostes por ambas partes, garantizando la rentabilidad de cara al futuro”, comentan desde Consum, convencidos de que otro futuro del plátano en La Palma es posible.
Francisco Javier González Palenzuela, director general de Coplaca
“Hay muchos agricultores mayores que tendrían que volver a hacer una inversión muy fuerte y no creo que continúen”
“Toda esta situación ha demostrado que contamos con un consumidor fiel, que ha sido muy comprensivo y solidario”
“Pedimos mayor agilidad a las administraciones para poder recuperar las fincas que están aisladas lo antes posible”
Antonio Javier Luis Brito, director gerente de Europlátano
“Nos encontramos en el peor momento de escasez de fruta y afrontar esta situación se plantea muy complejo”
“Cuando regrese todo el volumen de plátano de Canarias, vamos a sufrir mucho para recuperarle cuota a la banana”
“Los sobrecostes y el volcán nos van a situar en 2023 en un contexto muy crítico de rentabilidad para el sector”
Jesús Antonio García Herráiz, ejecutivo de Compras de Frutas y Verduras de Consum
“El compromiso con nuestros proveedores es tal que nuestros volúmenes de plátano se han mantenido”
“Preservar el estándar de calidad del plátano es esencial en estos momentos”
“Ante la situación económica que vivimos, a final de año, la apuesta del consumidor por la marca del distribuidor será mayor”
La sostenibilidad real del plátano canario:
• Existe una oferta bio cada vez mayor para responder a las demandas de mercado y a los criterios impuestos por Europa.
• La producción convencional cada vez se acerca más a los estándares de la ecológica, con producción integrada y reduciendo la huella de carbono y los residuos al máximo.
• Los materiales tienden a ser más sostenibles.
• Cuenta con las certificaciones correspondientes para los mercados más exigentes.
• Su diferenciación en aspectos sociales es altamente superior a los de los países productores de banana.
• La inversión en investigación es elevada para poder continuar con un desarrollo sostenible en el futuro.