El clima se alía con la fruta de hueso. SOL DE BADAJOZ
En Sol de Badajoz prevén un 35% menos de fruta de hueso esta campaña como consecuencia del clima, que les permitirá una mejor comercialización de la fruta y, de momento, mejores precios.
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Por una vez el clima ha jugado a favor del sector productor de fruta de hueso. A nivel general, se espera una menor producción en todo el país debido a la falta de horas de frío durante el invierno, lo que ha provocado malos cuajes, y en el caso de Extremadura, a las tormentas caídas en abril. Por todo ello, en Sol de Badajoz prevé una merma productiva del 35% que, en plena pandemia, facilita la llegada de la fruta a los mercados.
“El descenso de la producción ha jugado un papel crucial”, afirma Francisco José Escobar, presidente de la empresa, quien reconoce que, “con unos volúmenes normales, hubiera sido difícil que el canal doméstico absorbiera toda la producción”. Ese menor número de kilos también supone un respiro a otro de los problemas del sector, la falta de mano de obra, y que en el caso de la firma extremeña, han solventado gracias al carácter local de la mayor parte de sus empleados, en torno a 2.000 en los picos de campaña.
Pese a todo, el sector sigue adoleciendo de una sobreoferta que, normalmente, se traduce en una menor rentabilidad. Para Escobar, “el arranque de cultivos ayuda, pero no es la solución más eficaz”; el reto está en reducir los costes de producción. Para ello, han apostado por la mecanización de muchas de las tareas, optimizándolas y ganando en eficiencia. Asimismo, abogan por la digitalización de la parte administrativa, reduciendo el uso de papel.
El nuevo consumidor
El efecto más positivo de la pandemia sobre el sector hortofrutícola ha sido el cambio de mentalidad del consumidor, que ahora confía más en las frutas y hortalizas para cuidar su salud. Tanto es así que, en lo que va de campaña, la demanda de fruta de hueso ha sido superior a la oferta, favoreciendo unos mejores precios.
Preguntado por el futuro del sector, Escobar insiste en la importancia de seguir trabajando en la renovación varietal, de modo que se ofrezca al consumidor un producto más acorde a sus demandas y que, a su vez, permita a los productores introducirse en nuevos mercados de destino. Entre ellos, apunta a los de ultramar, que debido a los largos trayectos, exigen variedades con una gran postcosecha, pero sin renunciar a una adecuada coloración y nivel de azúcar.