Creando valor a lo largo de toda la cadena. YUKSEL SEEDS

Frente al desarrollo de variedades pensadas solo para el agricultor, Yuksel Seeds aboga por la creación de valor a lo largo de toda la cadena, un enfoque comercial estratégico que está ayudando a un número creciente de empresas a aumentar su competitividad a largo plazo.

Yuksel ha iniciado un gran trabajo de análisis en el sector hortícola, buscando crear valor en los diferentes eslabones de la cadena, no solo para los agricultores mediante la mejora genética, sino también colaborando con los comercializadores en la diferenciación de sus productos y pensando siempre en la continuidad de las empresas y sus relaciones. Para la firma, “sería extremadamente difícil, si no imposible, lograr dicha competitividad operando como un negocio individual dentro de una cadena de valor fragmentada”. Por ello, continúan, “la mejor manera de crear valor es a través de la co-innovación, una forma de relación que multiplica los beneficios sobre los esfuerzos, en lugar de solo sumar”.

Como empresa de desarrollo y mejora de variedades hortícolas, en Yuksel están enfocados en la diferenciación y el valor agregado del producto. “Creemos que la diferenciación que podemos brindar por ser el primer eslabón es un gran aporte a la construcción de la cadena de valor”, afirman desde la casa de semillas.

En este sentido, y en el caso concreto del tomate, “hemos detectado una gran demanda de variedades que verdaderamente tengan sabor. El marketing de un producto que no cumpla las expectativas del consumidor no vale para nada, no es suficiente con tener un color diferente, un aspecto bonito o una imagen de frescura si detrás no hay sabor”, explican. Y es que, según insisten desde Yuksel, “un producto atractivo pero sin sabor termina siendo devorado por la competencia”.

«Con CASSAROSA© brindamos a nuestros partners una clara diferenciación en el mercado»

En esta línea, este año han lanzado su primer proyecto de cadena de valor, amparado bajo la marca CASSAROSA©. Se trata de un tomate asurcado de color rosa perlado en el que Yuksel ha trabajado durante años para recuperar el sabor tradicional, fresco y aromático del tomate, y que sea además un bocado carnoso, suculento, sin notar la piel, dulce y con bastante acidez, otorgándole un potente retrogusto que invita a repetir. “¡Es una orden directa al cerebro!”, afirman y explican que “queríamos que la experiencia del consumidor fuese completa y creemos que lo hemos logrado, brindando además una clara diferenciación en el mercado”.

Fruto de la investigación
Yuksel tiene un gran equipo de breeding y analistas de mercado trabajando en la detección de oportunidades y su transformación en un producto de éxito. Para ello, disponen de casi 400 hectáreas (la mitad de invernaderos) dedicadas a la mejora y producción de semillas en Turquía, donde está la sede de la empresa y desde donde se producen las semillas certificadas GSPP o ecológicas para todo el mundo. Del mismo modo, cuentan con cinco estaciones experimentales repartidas por los cinco continentes en las que trabajan para seleccionar las variedades de acuerdo con su adaptación local. Estas estaciones comprenden desde invernaderos de cristal de alta tecnología hasta macro o microtúneles, e incluso campo abierto.