APROA acaba de emitir un comunicado en respuesta al reportaje de #Investigation de la cadena de televisión belga RTBF, un trabajo audiovisual del que la revista MERCADOS se ha hecho eco esta semana a través de un artículo de nuestro columnista Tomás García Azcárate. A continuación, reproducimos íntegro el comunicado de APROA:
«Desde el sector productor de frutas y hortalizas del Sureste de España hemos asistido con sorpresa y preocupación a la emisión de un reportaje de su cadena de televisión (RTBF) con el título ‘Nos légumes Bio, cultivés par les clandestines’. Un trabajo audiovisual del que también se ha hecho la revista Mercados, a través del siguiente artículo de su colaborador Tomás García Azcárate: https://revistamercados.com/blogs/verdad-o-falso-el-bio-espanol-en-entredicho/.
En este sentido, queremos hacerles llegar nuestro rechazo frontal a las informaciones que se trasladan en lo referente a las condiciones laborales de los trabajadores, pero también por sus dudas acerca de la idoneidad de consumir hortalizas orgánicas producidas a tantos kilómetros de distancia.
Nos consta que durante los meses de verano periodistas de #Investigation RTBF se pusieron en contacto con empresas y organizaciones del sector solicitando información sobre los métodos de producción Bio. Sin embargo, en el reportaje no hay testimonios de los productores de nuestra zona, ofreciendo un relato totalmente incompleto y distorsionado de la realidad.
1.- Les recordamos que los métodos de producción de invernadero solar son sostenibles, al racionalizar al máximo el consumo de los recursos hídricos y no utilizar ningún tipo de energía fósil para controlar el clima, como sí sucede con los del norte de Europa. Aquí resulta suficiente con la luz solar y el viento para conseguir la temperatura idónea para las plantas. Pueden comprobarlo ustedes mismos a través de las siguientes publicaciones: Wageningen Economic Research (2017): «Costs – Protected vegetable cultivation» En red: https://www.agrofoodportal.com/ [Consultado: 30 de mayo de 2018]. Valera, D.; Belmonte Ureña, L. J.; Molina Aiz, F. D.; López Martínez, A. (2014): Los invernaderos de Almería. Análisis de su tecnología y rentabilidad. Ed. Cajamar Caja Rural. Almería. Pérez Neira, D.; Soler Montiel, M.; Delgado Cabeza, M.; Reigada, A. (2018): «Energy use and carbon footprint of the tomato production in heated multi-tunnel greenhouses in Almeria within an exporting agri-food system context» Science of the Total Environment, 628-629 (2018): 1627-1636. Además, les recomendamos la ponencia del Catedrático de Bioquímia y Biología Molecular de la Universidad Politécnica de Valencia (España) en el siguiente enlace: https://www.youtube.com/watch?v=VnLtaJuaCUQ&feature=youtu.be. Pueden conocer más a cerca de estos métodos de producción a través del programa europeo de información y promoción www.cutesolar.eu
2.- Almería se encuentra situada en la frontera más desigual del mundo, aún más que la de México y EE. UU. El PIB per cápita de Marruecos es de 2.832$ y en España es de 26.528$, una diferencia más de 1 a 9. El PIB per cápita de México es de 8.200$ y en EE. UU. es de 57.466$, una diferencia de 1 a 7. Esto provoca una presión migratoria sin igual que genera efectos evidentemente no deseados, pero muy difíciles de evitar.
Un total de 41.861 inmigrantes en situación irregular llegaron a España por vía terrestre y marítima entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2020, un 29% más que el año anterior (según datos publicados por el Ministerio del Interior en su web: http://www.interior.gob.es/documents/10180/11389243/Informe+)
Estos inmigrantes no son repatriados debido a las normas vigentes en Europa y permanecen en suelo español a la espera de poder regularizar su situación. Para vivir dependen de la asistencia de las ONGs y de la voluntad de los distintos gobiernos (regional y nacional).
Estas personas viven en condiciones infrahumanas y totalmente inaceptables para los niveles de exigencia que los españoles y resto de europeos debemos tolerar. A pesar de las denuncias de distintas instancias y de nuestras propias reclamaciones ante los gobiernos competentes, poco o nada se ha hecho para cambiar esta situación que cada día se agrava.
Sin embargo, este hecho no es imputable a los productores hortícolas del sureste de España.
La política de inmigración y acogida de inmigrantes ilegales en España no es competencia ni de los agricultores ni de las cooperativas que trabajan en el sector hortícola. Incluso nuestras ofertas de ayuda han sido desechadas por las distintas Administraciones alegando problemas legales. Esta es una vergüenza con la que tenemos que vivir. Lo venimos denunciando desde hace mucho tiempo. Sirvan algunos ejemplos recientes:
En Almería trabajan una media anual de 61.500 trabajadores inmigrantes de diversos países africanos, principalmente marroquíes y de otros países al sur, el este de Europa y de Ecuador. Todos esos trabajadores desarrollan su actividad dentro de la normalidad legal y administrativa que establecen las leyes en España. Sus condiciones de habitación y vida son las mismas que las de un español.
El sector hortícola se ha desarrollado gracias al compromiso y el sacrificio de miles de agricultores y también al trabajo de los inmigrantes de más de 120 nacionalidades diferentes. Por ejemplo, hoy en día, Almería es la primera provincia española en porcentaje de población extranjera (19,7%). Los agricultores saben este hecho y aprecian su apoyo, por eso quieren que los trabajadores disfruten de las mejores condiciones posibles y se sientan cómodos
En España, cualquier inmigrante, documentado o no, tiene acceso a la asistencia sanitaria porque a diferencia de otros países europeos, en España la atención médica es pública y universal. Igualmente, cualquier inmigrante con hijos tiene derecho a la educación pública gratuita e incluso a una renta de inserción.
Rogamos tengan en consideración esta comunicación, así como la información que contiene. Estamos a su disposición para aclarar cualquier duda al respecto, con el fin de que los consumidores puedan contar con una imagen real sobre, como se indica en el reportaje, ‘el lugar donde se producen las frutas y verduras bio de los supermercados belgas’.
