Han salvado lo que queda de la campaña de hortalizas, beneficiando especialmente a la alcachofa, que va a conseguir alargar el primer colmo un mes más y posibilitará la segunda recogida en muchas plantaciones. Los otros grandes beneficiados han sido los cítricos, que se encontraban con calibres estancados desde hace más de un mes ante la grave sequía que sufre la provincia.
Las copiosas lluvias registradas en la provincia de Alicante durante este fin de semana han supuesto un importante alivio para la tierra, los árboles y las plantaciones de cultivos de nuestra provincia, que se encuentra sumida en una extenuante sequía desde hace más de tres años. Esta agua equivale a un riego de socorro en toda regla en un momento de auténtica crisis en el campo, en el que ya se han contabilizado pérdidas de 1.000 hectáreas de hortalizas en zonas como la Vega Baja, que ya no son recuperables, y mermas de más de dos millones de kilos en la cosecha de hortalizas del Camp d´Elx, que también ha visto reducida su superficie cultivada en un 10% durante la presente campaña y donde temen no poder sacar adelante dos terceras partes de la producción si no continúan las lluvias o se producen aportes de agua.
Así, los 44 litros por metro cuadrado que cayeron en la madrugada del domingo del 28 de enero en la Vega Baja y los 64 en el Baix Vinalopó, han sido como “oro caído del cielo” para los agricultores de ambas comarcas. Y es que, aunque estas precipitaciones ya no pueden salvar lo que se ha perdido, si han mejorado notablemente el primer colmo o primera cogida de alcachofas del invierno, cultivo que se encuentra en plena recolección. Además, van a permitir alargarlo un mes más, incluso mejorando calibres y calidades. Asimismo, el agua también posibilitará que se produzca el segundo colmo en los meses de primavera en numerosas plantaciones que los agricultores daban por finalizadas este año.
En cuanto a los cítricos, desde
ASAJA calculamos que los
beneficios económicos de estas precipitaciones son incalculables. La lluvia ha caído muy repartida
en la provincia y de manera suave y constante durante
más de 12 horas, acumulando más agua que en los últimos 8 meses, y esto es una
bendición para los limones y las naranjas tardías, puesto que va a permitir que aumenten los calibres de la fruta en dos o tres puntos, haciendo que pasen de
no ser comerciales a sí serlo y poder competir y tener salida en los mercados.
Referente al cultivo de secano, el cereal, que se encontraba sembrado y en situación de polvo desde hace dos meses por la falta de agua, va a resurgir y comenzará a germinar en un par de semanas, tiñendo los campos de verde.
Los almendros van a agradecer las lluvias infinitamente. El agua recibida permitirá que la salvia se mueva con fuerza, ayudará al cuajado del fruto y supone una inyección de energía y protección frente a episodios de heladas.
Desde Jóvenes Agricultores ASAJA Alicante valoramos estas precipitaciones como un “auténtico milagro” para nuestros campos y plantaciones que aportarán unos beneficios económicos incalculables. “Lamentablemente, lo que no han hecho los políticos en meses lo ha resuelto un accidente meteorológico en tan solo 12 horas, aunque lo perdido ya no se puede recuperar. El campo se encontraba en tal situación de emergencia que solo algo así podía salvarnos. Solo esperamos que estos episodios de lluvia se sigan repitiendo durante lo que queda de invierno y la próxima primavera y ayude a nuestro sistema agroalimentario ante la política de brazos caídos que impera en nuestra Comunitat y en España”, afirma el presidente de ASAJA Alicante, Eladio Aniorte.