Los resultados económicos de las variedades citrícolas tardías «Safor» y «Garbí», patentadas por el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) , controlado por la Generalitat, ha sido desastroso. Un grupo compuesto por 78 agricultores, víctimas todos ellos del bajo rendimiento ofrecido por los citados cítricos, se ha dirigido mediante un escrito a la entidad obstentora de dichas variedades con el objeto de reclamarle el pago de indemnizaciones compensatorias. La demanda de los productores afectados por el fiasco que han supuesto la «Safor» y «Garbí» se está canalizando a través de la Asociación de Operadores de Variedades Vegetales (Asovav).
El IVIA sacó al mercado esas dos nuevas variedades de mandarina en 2008 presentándolas a los agricultores como un gran logro, como una de las obtenciones «estrella» del centro investigador. Sin embargo, en la campaña 2012/13, es decir, cuando los plantones vendidos comenzaron a entrar en producción, los resultados obtenidos se encontraban en las antípodas de las bondades anunciadas por el IVIA. Tanto es así, que los frutos de Safor y Garbí presentaban, de manera generalizada, fisiopatías en la piel de tal gravedad que hacían inviable su comercialización. Desde entonces, esa situación no ha dejado de repetirse y agravarse. El porcentaje medio de los frutos afectados ha sido del 35%, según un estudio del departamento de producción vegetal y microbiología de la Universidad Miguel Hernández.
Desde la salida al mercado se han comercializado casi 600.000 plantones de las mismas y la imposibilidad de obtener resultados satisfactorios con ellas está llevando a los agricultores a arrancarlos o injertarlos.
Fuente: www.levante-emv.com