“A pesar de la pandemia, este sigue siendo un sector muy dinámico”, afirma Enrique Cadiñanos, responsable de Desarrollo de Bejo Ibérica, que acude a la feria madrileña con el objetivo de tratar de aportar “normalidad” a la situación tras más de un año “sin vernos las caras”. Y es que, mientras otras actividades económicas se han visto ralentizadas por la pandemia, el sector hortofrutícola ha seguido innovando para ajustarse a las cambiantes demandas del consumidor.
Redulce es su principal novedad, un concepto totalmente rompedor con el que Bejo quiere fidelizar al consumidor de cebolla y captar nuevos adeptos. “Bajo este concepto, vamos a identificar los manojos de cebolla roja que sean más dulces, generando así confianza en el consumidor”. Para ello, cuentan con una serie de empresas asociadas que producen solo las mejores variedades, “todas dulces y bajo un sistema de producción controlada”. Redulce llegará al mercado bajo una marca diferenciada y acompañada de un código QR que los consumidores podrán escanear para saber más sobre este concepto.
Junto a él, Bejo volverá a mostrar Redi, su purple sprouting broccoli, que en 2020 se hizo con el Innovation Hub Award de Fruit Attraction en la categoría de Fresh Produce. Además, dará a conocer sus microbulbos de cebolla, una línea que continúan desarrollando para “ampliar sus usos durante todo el año”.
Nuevas variedades
La casa de semillas no olvida a su “cliente natural”, el agricultor, y llega a la cita madrileña con una cartera cargada de nuevas propuestas: su pepino español Akasya, su nueva col rizada Mariposa, la lechuga Iceberg Bonice, su zanahoria Nazareth y el puerro Bowler.
Por último, Bejo organizará una serie de degustaciones con sus brásicas como protagonistas, ya que “son el corazón de nuestra actividad”.
CON REDULCE IDENTIFICAMOS LOS MANOJOS DE CEBOLLA ROJA QUE SON MÁS DULCES, GENERANDO CONFIANZA EN EL CONSUMIDOR
Concienciar al productor
Es el objetivo que se ha marcado la división de semillas ecológicas de Bejo. En apenas 15 años, serán obligatorias en las producciones bio europeas y, además, el consumidor ya demanda productos 100% bio, de ahí que Cadiñanos afirme que “debemos concienciar al agricultor de la importancia de usar semillas ecológicas, de lo contrario, perderemos competitividad”.
