La patata se ha convertido en una guarnición clave en la dieta de los españoles por derecho propio: desde las tradicionales patatas bravas hasta los conocidos ñoquis italianos o el korokke japonés, la popularidad de este tubérculo no conoce límites, y su consumo crece año tras año.
En 2020, las ventas de platos preparados con base de patata para su consumo en el hogar se incrementaron un 10%, alcanzando casi las 70.000 toneladas, según los datos de la Asociación Española de Fabricantes de Platos Preparados (ASEFAPRE).
Uno de los motivos de la popularidad de la patata es su versatilidad. Hoy en día, podemos encontrar en los lineales del supermercado patatas preparadas para todos los gustos: cortadas finas, gruesas o en gajos y pensadas para servir como acompañamiento; patatas bravas; precocidas al estilo ‘parisienne’; divertidas elaboraciones pensadas para los más pequeños, o incluso, formatos que nos hacen más fácil el cocinado, como el preparado para tortilla de patatas con o sin cebolla.
“La patata constituye un alimento saludable, apto para todos los grupos de población, y sus posibilidades gastronómicas son muy variadas: asadas, fritas, cocidas en purés, como acompañamiento o como protagonista. Por ello, la industria de platos preparados ha sabido adaptarlas a numerosos e innovadores menús listos para tomar”, explica Álvaro Aguilar, secretario general de ASEFAPRE.
El reciente aumento del consumo en el hogar ha generado un incremento de la búsqueda de productos fáciles para cocinar, que se puedan preparar de una manera rápida. En este sentido, los platos preparados con base de patata son ideales, puesto que se pueden cocinar en muy poco tiempo y preparar de numerosas maneras: a la sartén, al horno, al vapor, incluso al microondas.
La patata es uno de los cultivos más importantes para la alimentación a nivel mundial por sus cualidades nutricionales y resulta un alimento excepcionalmente positivo para el medioambiente.