Extracto del artículo entrevista en elindependiente.com a Fátima, de 53 años trabaja como contable en Europlatano, una empaquetadora de plátanos. “El inmueble de la empresa [en los Llanos de Aridane] no se vio afectado por el volcán pero sí el producto. En el primer semestre del año ya hubo una bajada de 8 o 9 millones de kilos menos. Muchas de las fincas que producían y se traían a nuestra empaquetadora están debajo de la lava”, explica. Su empresa ha tenido que acogerse a ERTEs e incluso ha ido gente al paro porque «la actividad de la empresa ha decrecido considerablemente”.
217 hectáreas de cultivo platanero de 569 propietarios quedaron sepultadas bajo la lava y otras 300 hectáreas de 450 propietarios quedaron aisladas o sin acceso de personas o servicios para la producción. Según la ASPROCAN, las ayudas para el sector ejecutadas ascienden a 13,5 millones de euros, pero ateniéndose a las estimaciones de la Consejería de Agricultura del Gobierno de Canarias las pérdidas ascienden a más de 100 millones de euros.
Futuro para todos
Fátima ha pasado un infierno de año. Tras abandonar su casa se fue a la de sus suegros en Tazacorte, de donde tuvieron que volver a huir ante la llegada de una nueva colada de lava que, afortunadamente, no afectó a su vivienda. Con todo pasaron tres meses en una casa de alquiler. En ese momento barajaron abandonar el valle “como muchos han hecho, unos por jóvenes y otros por mayores”.
Los plataneros de Canarias quieren apostar de nuevo por su producto como motor de la economía del valle y plantean que el malpaís que ahora ocupa su territorio sea transformado en bancales de platanera.