A un mes de que finalice la campaña nacional de producción de aguacate de la provincia de Málaga y en plena crisis del COVID-19, dos de las principales empresas detallan a la revista Mercados cómo están afrontando la situación.
Desde Natural Tropic, su gerente, Prudencio López, afirma que la bajada a nivel general ha sido del 30% en la demanda de estos productos tropicales. Especialmente en el mango, cuyo descenso ha sido del 40%. El aguacate, por su parte, ronda una bajada de la demanda del 20%. “Los programas con los supermercados se han mantenido, pero sí ha afectado el cierre del canal Horeca a nuestros clientes mayoristas”, explica López.
En cuanto al funcionamiento de la cadena, la principal incidencia es el transporte: “Hay menos disponibilidad de camiones y eso encarece las tarifas a Europa un 30% y ralentiza el servicio”.
Por su parte, la empresa Tropical Millenium no ve apenas disminuido el nivel de demanda. Así nos lo detalla su directora comercial, Esperanza Rodríguez: “Los programas con supermercados y mayoristas se están cumpliendo y por tanto no hemos visto una fluctuación importante”. Rodríguez afirma que sí ha habido unas primeras semanas de alta demanda, que posteriormente dio un bajón y más tarde se ha estabilizado. En el mango sí que han registrado un descenso del nivel de precio, también por un exceso de fruta en los mercados. Un dato interesante es que ha aumentado el consumo de papaya en esta situación de confinamiento, probablemente debido a sus propiedades saludables.
Para Rodríguez, un dato revelador de esta crisis es cómo se mantiene el consumo de aguacate en la cesta de la compra de españoles y europeos. “La tendencia hacia la cocina y lo saludable, y el comer en casa ha demostrado que el aguacate se ha consolidado en el consumo de los hogares, pese a ser una fruta más cara”, detalla la directora comercial de Tropical Millenium. “Lo que no sabemos es qué pasará en el futuro ante la crisis que nos espera, pero somos positivos”.
En cuanto a las importaciones, en los envíos por avión se aprecia un incremento por kilo. Y en barco se registra un menor ritmo en las cargas de contenedores al estar funcionando mediante turnos, como toda Europa.