El temporal de lluvias torrenciales que desde el pasado viernes azota la Comunitat Valenciana está causando gravísimos daños en el sector agropecuario. La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), tras efectuar un primer balance y una valoración sobre la incidencia de las tormentas, estima que el valor de los desperfectos ocasionados en la agricultura y la ganadería valencianas debido la enorme cantidad de agua que ha descargado de manera ininterrumpida durante cuatro días consecutivos se sitúa en torno a 172 millones de euros.
Los cítricos y las infraestructuras agrarias son los capítulos que han sufrido con mayor virulencia los efectos de temporal que en muchas zonas ha dejado más de 200 litros por metro cuadrado. El 40% de la producción de mandarinas de media estación que aún no había sido recolectada se da por perdida en su práctica totalidad como consecuencia del demoledor impacto que están teniendo sobre los frutos fisiopatías como el “pixat” o el “aguado” provocadas por un exceso persistente de humedad y agua. También el viento ha tirado muchos frutos al suelo. El valor económico de esa cosecha de mandarina cuya comercialización va a resultar imposible por los motivos apuntados supera los 50 millones de euros.
En cuanto a las naranjas, principalmente las navelinas que aún no habían sido recogidas del árbol –alrededor del 30% de la producción–, así como de las variedades más tardías, cuya recolección prácticamente no se ha iniciado, las pérdidas oscilan en torno a los 40 millones de euros, de tal manera que los daños del temporal en el conjunto de la citricultura de la Comuntitat Valenciana rebasan los 90 millones.
El 15% del caqui no podrá ser comercializado debido a los daños sufridos y en hortalizas los daños ascienden a 14 millones, porque se han inundado los campos de cebollas, coliflor y lechuga de las comarcas de l´Horta y Camp del Turia.
La enorme cantidad de agua caída estos días en el territorio valenciano se ha cebado también en las infraestructuras agrarias: bancales, caminos rurales, invernaderos, pozos e instalaciones de riego, así como el propio arbolado que en determinadas zonas puede morir debido a la asfixia radicular, se han visto afectados de manera muy considerable. Las pérdidas en este apartado se concretan en unos 50 millones de euros.