Inmersos en una nueva campaña de fruta de hueso, el sector productor y comercializador parece estar viviendo hoy un nuevo impulso, en gran parte derivado del hecho de haber tocado fondo durante las últimas campañas. La apuesta por variedades erróneas y no consolidadas según las zonas de producción, el exceso de volúmenes en algunos casos, y la falta de planificaciones comerciales, llevaron al sector de la fruta de hueso a una necesaria reestructuración, y hoy parece que comienza a dar sus frutos.
Así lo viven en Viveros Hernandorena, empresa especializada en frutales de hueso, que no ha estado exenta de entonar el mea culpa y volcarse en ofrecer, no solo variedades con sabor y consolidadas, sino formatos de venta económicos para amortiguar en la medida de lo posible los elevados costes de producción, garantizar la máxima sanidad de las plantas e incluso, mirar hacia sistemas de producción donde la mecanización y robotización se está imponiendo.
“Todos en el sector de la fruta de hueso, y nosotros también, hemos analizado lo que habíamos hecho mal. Esto nos ha llevado a una reorganización, a un reequilibrio y mayor profesionalización, que nos hace estar en un buen punto de partida para recuperar posiciones en la producción y comercialización de frutales de hueso y sobre todo, para satisfacer la demanda de los consumidores”, explica Rosa Hernandorena, directora comercial.
Nuevas variedades
Si bien hace una década la proliferación de variedades sin contrastar y con sabor y grados brix muy cuestionados estuvieron en el punto de mira como uno de los responsables del deterioro del sector, hoy son precisamente las nuevas variedades las que más ilusión despiertan. “Trabajamos con obtentores como PSB que está poniendo en el mercado materiales de alto sabor, consolidados, y de una forma pausada, para evitar esos desequilibrios de antaño”, nos explica la directora comercial, haciendo alusión, por ejemplo a una nueva gama de platerinas que estarán ya disponibles para su comercialización de cara al próximo año, y que destacan por su sabor, grados brix o ausencia de rajado, entre otros aspectos.
Además de PSB e IPS, Viveros Hernandorena también cuenta con una nueva licencia para la multiplicación de plantas de Geoplant, con variedades excelentes de nectarinas como son Gea o Febe y están en fase de obtenerla de Cot Internacional.
Pero este vivero no solo está apostando por variedades con sabor, sino también por plantas muy enfocadas a nuevos sistemas de producción, como son los frutales en seto. “La idea es implementar en frutales de hueso el modelo de plantación que se está llevando ya a cabo en olivar y almendro. Marcos de plantación más estrechos, con árboles en formación en seto, que permiten la mecanización y robotización de la explotación. Y es que el objetivo es hacer más rentable el campo, más eficiente”, añade Rosa Hernandorena.
En este sentido, trabajan de la mano de Agromillora con el patrón Rootpac 40, que les permite controlar el vigor de las plantas y adaptarse a este tipo de explotaciones en seto sobre todo para variedades tempranas y de media temporada.
Formatos de venta
Viveros Hernandorena está también adaptando sus formatos de venta a la demanda de los clientes. Si bien continúan con la maceta C11, está ganando volumen la comercialización de planta de frutales a raíz desnuda. “La raíz desnuda nos permite disponer de un mayor volumen de planta, al tiempo que ofrecer un formato más económico”, comenta la directora comercial, señalando que, gracias a este formato, esperan pronto, superar las 250.000 plantas de frutales comercializadas anualmente.
Este vivero también cuenta para frutales de hueso con el formato 7×7: se trata de la misma maceta donde se hace el microinjerto, que se entutora y se entrega una mini planta pre-formada, y muy enfocada a las grandes explotaciones y formaciones en seto, donde el marco de plantación es muy elevado.
Fiabilidad varietal
Y todo esto, con las máximas garantías que Viveros Hernandorena aglutina bajo su sello de Fiabilidad Varietal, bajo el cual ofrecen autenticidad varietal, es decir, que garantizan la homogeneidad al 100% del material vegetal que se utiliza; adaptabilidad varietal, que la variedad está contrastada y consolidada agronómicamente y, además, es estable; y sanidad varietal, garantizando el control de plagas y enfermedades desde el material inicial hasta la venta final de la planta. “El 100% del material injertado lo hacemos en nuestras instalaciones, lo que nos permite un control absoluto de la trazabilidad de todo el material y poder responder a las demandas de los clientes, en cualquier momento”, asegura Rosa Hernandorena.