Varapalo a la fruta de hueso valenciana con el cuarto pedrisco en un mes
AVA-ASAJA estima que el granizo supone un nuevo golpe para melocotones, nectarinas, ciruelas y albaricoques en el Marquesat, Benifaió, Alginet y Carlet.
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La agricultura valenciana sigue viviendo su particular primavera loca con un número récord de días lluviosos y cuatro tormentas de pedriscos en el último mes. Ayer un nuevo temporal de granizo, acompañado de agua y aparato eléctrico, volvió a golpear frutas de hueso que están en una fase bastante adelantada de la recolección en la comarca de La Ribera Alta, según una primera estimación de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA). Los términos municipales más afectados son el Marquesat (Alfarp, Llombai y Catadau), Benifaió, Alginet y Carlet.
El granizo supone un nuevo varapalo para muchos campos de melocotones, nectarinas, ciruelas y albaricoques, con afecciones graves de producción y con hojas en el suelo. El responsable de seguros agrarios de AVA-ASAJA, Isidro López, asegura que “aún es pronto para concretar el alcance de los daños y será dentro de unos pocos días, sobre todo a la hora de iniciar la recogida en cada parcela, cuando se sabrá con exactitud la merma de cosecha, pero lo que sí sabemos es que aquella fruta que ha recibido el golpe de una piedra sufrirá irremediablemente una rotura de la piel y ya no podrá ser comercializada”. En cuanto a los otros cultivos, AVA-ASAJA constata que los cítricos y los caquis no han sufrido daños similares porque se hallan en una etapa del cultivo mucho menos avanzada.
La tormenta de pedrisco se extendió a más puntos de la comarca e incluso de la Comunitat Valenciana, como L’Horta Sud y Los Serranos, pero sin consecuencias importantes para las producciones agrícolas. AVA-ASAJA recuerda que desde el pasado 11 de abril la región autonómica acumula siniestros por pedrisco en la Plana Baixa de Castellón, el Vinalopó Mitjà, la Vall d’Albaida, l’Alcoià, El Comtat, la Canal de Navarrés, La Safor y La Costera. Por ello, la organización solicita a las administraciones medidas fiscales y ayudas directas a los productores damnificados: a los ayuntamientos les exige una bonificación del IBI Rústico mientras que a la Generalitat Valenciana y al Gobierno les reclama exenciones a las cuotas de seguridad social y créditos bonificados.