Un estudio reciente ha establecido una posible relación entre hábitos dietéticos y el riesgo de padecer una infección grave de COVID-19. No es la primera vez que una investigación se centra en determinar cómo la alimentación puede influir en la severidad de los contagios. Enfermedades como la hipertensión, la diabetes o las cardiopatías, afecciones previas que disparan el riesgo de casos graves en los pacientes, pueden prevenirse con una alimentación saludable.
A este respecto, investigadores españoles publicaron el pasado año en Nutrients, una investigación sobre el papel que desempeñan los niveles óptimos de ciertas vitaminas y minerales en el contexto pandémico. Ahora, un nuevo estudio dado a conocer en la revista BMJ Nutrition Prevention & Health señala que las dietas a base de plantas y pescetarianas pueden ayudar a reducir la gravedad en un infección por coronavirus.
En este, los investigadores reclutaron a más de 2.800 trabajadores sanitarios de Francia, Alemania, Italia, España, Reino Unido y EEUU que tenían un alto riesgo de exposición al COVID-19, y evaluaron tanto sus patrones de alimentación como su infección por el virus, incluyendo duración y gravedad de la enfermedad.
Los resultados mostraron que los participantes que afirmaron seguir dietas vegetarianas tenían 73% menos de probabilidades de desarrollar un caso de moderado a grave por COVID-19, mientras que las dietas pescetarianas (aquellas que incluyen pescado pero no carne) se vincularon con una reducción del 59%.
Sorprendentemente, aquellos que informaron consumir dietas bajas en carbohidratos y altas en proteínas tenían casi 4 veces más probabilidades de experimentar una infección por coronavirus de moderada a grave en comparación con quienes seguían una dieta basada en plantas.
Por supuesto, cabe destacar que ningún tipo de alimentación se vinculó con menor riesgo de contraer COVID-19.
«Nuestros resultados sugieren que se puede considerar una dieta saludable rica en alimentos altos en nutrientes para la protección contra el COVID-19 severo», concluyeron los investigadores en el estudio, provenientes de varias universidades e institutos de investigación en los EEUU, entre los que se incluyen la Universidad Johns Hopkins, Envision Health Partners Cedars-Sinai Medical Center, o Stamford Hospital entre otros.
Que una alimentación rica en frutas y verduras es clave para una buena salud es algo que difícilmente puede discutirse.
Estos alimentos son fundamentales para el organismo. Son un aporte destacado de nutrientes esenciales y comerlos en las cantidades adecuadas ayuda a prevenir enfermedades tales como diabetes, obesidad, cardiopatías o incluso ciertos tipos de cáncer.
Sobre esto, los investigadores del estudio estiman que esta correlación entre alimentación vegetariana con infecciones menos graves podría explicarse por la mayor probabilidad de que estas dietas sean más ricas en nutrientes, especialmente en fitoquímicos, vitaminas y minerales, relacionados con un sistema inmunológico más saludable.
Aún así, los resultados han sido recibidos con cierta cautela por buena parte de la comunidad científica.
“Las dietas basadas en altos niveles de alimentos vegetales y bajos niveles de carne se asocian con menores riesgos de varias afecciones no infecciosas, incluidas las enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer, pero es inusual e intrigante ver evidencia de efectos protectores contra una enfermedad infecciosa agua como COVID-19«, remarca en Science Medical Center, Ian Johnson, investigador de nutrición y miembro emérito del Quadram Institute Bioscience (Reino Unido).
«Los autores especulan que sus observaciones pueden atribuirse a un efecto beneficioso sobre el sistema inmunológico causado por niveles más altos de micronutrientes en las dietas a base de plantas, pero desafortunadamente su diseño experimental no pudo proporcionar ningún dato que apoye esta idea. En resumen, este estudio es interesante, pero no concluyente”, añade.
Una opinión similar a la mostrada por Gunter Kuhnle, profesor de nutrición y ciencia de los alimentos en la Universidad de Reading (Reino Unido).
«Hay una serie de limitaciones que deben tenerse en cuenta (…) En este estudio, se preguntó a los participantes sobre su dieta después de que se les diagnosticara COVID-19, y esto podría llevar a más informes erróneos, especialmente entre los participantes que están interesados en un posible vínculo entre la dieta y la enfermedad. Por último, el estudio se ha realizado en diferentes países con dietas muy diferentes: una dieta basada en plantas en España o Italia es probable que sea diferente de una dieta basada principalmente en plantas en Alemania o Reino Unido», explica también en Science Medical Center.
Aún así, los hallazgos del estudio «no son sorprendentes», subraya. «Las personas que siguen una dieta principalmente a base de plantas o comen pescado suelen ser más saludables en comparación con un grupo de control con una dieta ‘normal'».
Sin embargo, estos resultados «a menudo son engañosos» porque pueden dejar a un lado otros elementos que pueden tener un impacto en los resultados.
«Una dieta basada en plantas o pescetariana a menudo es seguida por personas que tienen un estilo de vida ‘más saludable’, son más activas físicamente, tienen más estudios y pertenecen a grupos socioeconómicos más altos, factores que están asociados con mejor salud y también un riesgo reducido de COVID-19″, asegura Kuhnle.
Fuente: Business Insider