Túnez y China acaparan la totalidad de las interceptaciones de cítricos
LA UNIÓ de Llauradors informa que durante los pasados meses de enero y febrero se rechazaron un total de 30 envíos a la Unión Europea con importaciones de cítricos de terceros países que contenían plagas, todos ellos procedentes de Túnez (18) y China (12).
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Si bien los organismos nocivos detectados en la mercancía procedente de Túnez son del tipo de las Cochinillas, hay que señalar que el país magrebí tiene declarada en su territorio la presencia de la enfermedad de la Mancha Negra (Citrus Black Spot), causada por el hongo de la Phyllosticta citricarpa, y que afecta principalmente a los frutos cítricos, aunque las hojas y los tallos también pueden ser infectados, provocando su deterioro comercial. Se trata de la misma plaga que amenaza a la citricultura europea a través de los cítricos importados desde Sudáfrica, junto con la polilla Thaumatotibia leucotreta.
Ante la amenaza de esta plaga y el aumento de la detección de sus exportaciones con organismos nocivos, LA UNIÓ de Llauradors cree que Túnez no puede garantizar sus envíos libres de plagas. Por ello reclama a la Comisión Europea que realice auditorías fitosanitarias en todos aquellos países que no puedan garantizar la salida de cítricos sin plagas y suspender de este modo las importaciones si no se dan las garantías adecuadas de riesgo mínimo.
Carles Peris, secretario general de LA UNIÓ, indica que “tenemos claro que estamos en un mundo globalizado, pero no todo debería valer en el comercio. La Comisión Europea no debería permitir que a países, como ahora Túnez, se les deje de auditar y que, mientras tanto, suspendan sus importaciones al ámbito comunitario como ha ocurrido recientemente con Argentina hasta garantizar la seguridad de las mismas”.
Por otra parte, las detecciones de cítricos que entran en la UE, procedentes de China, contienen, entre otros, también plagas nocivas como la ya mencionada del hongo Phyllosticta citricarpa o de la Bactrocera (moscas de la fruta).
La organización vuelve a insistir en la implantación de un criterio de inspección única en origen para todos los países terceros y que las importaciones entren por pocos puertos de la UE -tres como máximo- donde se garantice la presencia de un número suficiente de inspectores expertos en plagas y enfermedades citrícolas y con un porcentaje de muestras analizado representativo.
Del mismo modo aboga por la obligación del tratamiento de frío en el transporte, como así se nos exige a nosotros por algunos países, y por la prohibición de la importación de cítricos que hayan sido producidos y manipulados con materias activas cuyo uso no esté autorizado en la Unión Europea.